Industria autorizará en breve la extensión del gasoducto a Madrid, Santander y Asturias

La firma del acuerdo sobre el gas con Argelia ha desbloqueado el plan de inversiones de la Empresa Nacional del Gas (Enagas), que en fecha inmediata recibirá instrucciones del Ministerio de Industria y Energía para proceder a las obras de extensión de la red nacional de gasoductos al centro de la Península y, en una fase posterior, a la región de Santander-Asturias, con inversiones globales del orden de los 30.000 millones de pesetas.

Asimismo, Industria ha puesto en marcha los estudios previos para la construcción de dos miniplantas de regasificación, complementarias de la de Barcelona, en las zonas de Cartagena y Huelva, con inversiones del orden de los 10.000 millones adicionales. Las autorizaciones previstas forman parte de un programa de estímulo de los consumos de gas natural en España, con el doble propósito de conseguir que esta fuente energética suponga el 7,2% del total de la energía final consumida en España en 1992 (lo que modifica de hecho las previsiones del PEN-83) y poder cumplir así el contrato de suministro firmado con Argelia este pasado fin de semana. Los expertos energéticos cifran como objetivo el consumo de cerca de 30.000 millones de termias de gas natural (3.000 metros cúbicos) en el plazo de cinco años y de una cifra próxima a los 40.000 millones antes de 1998.Los planes para extender la red de gasoductos a la zona centro de España están congelados en Enagas, por decisión gubernamental, desde hace varios años. El último intento para desbloquear este tema fue detenido por los actuales responsables del Ministerio de Industria en espera de que finalizaran las negociaciones con Argelia. El gasoducto a Madrid, con ramales por Valladolid y Palencia, previo paso por Burgos, podría quedar completado en tres años y supondría consumos medios adicionales del orden de los 6.500 millones de termias.

En una fase inicial se aprovecharían las instalaciones de Gas Madrid para fabricar, a partir de gas natural, el gas ciudad que se consume en la capital (actualmente producido a base de naftas) para, en una fase posterior, aprovechar directamente el hidrocarburo argelino.

La extensión de la red de gasoductos a la zona de Cantabria y Asturias está aún en una fase de estudio muy preliminar, y la idea ha surgido ante la confirmación de unas reservas de gas natural en la zona del Cantábrico (especialmente en Bermeo) muy superiores a lo originalmente previsto. Ambas zonas están muy pobladas (lo que supondría un mayor consumo doméstico), aunque el principal objetivo es su aprovechamiento en consumos industriales.

Según fuentes del sector, el consumo doméstico del gas natural en España, incluso con los planes previstos terminados, apenas llegará a ser un 15 o un 20% del total. El futuro del gas natural, en este sentido, está en los usuarios industriales, especialmente en las pequeñas y medianas empresas.

En este sentido, el plan de reconversión del sector de fertilizantes prevé la construcción de dos miniplantas de regasificación en Cartagena y Huelva, con el fin de aprovechar el gas argelino en las plantas de obtención de amoniaco que Enfersa y otras empresas tienen en las dos zonas. Según este plan, el consumo de naftas para este fin será sustituido por gas natural, lo que supondrá una mayor competitividad de los productos terminados. Hay que tener en cuenta, a este respecto, el reciente optimismo que ha surgido en torno a las reservas de (al parecer, superiores a lo previsto) en el Golfo de Cádiz y en las marismas sevillanas.

Medios solventes de Industria añaden que la reducción efectiva de las cantidades contratadas con Argelia es superior al 20%.

En este sentido, de unas cantidades concertadas de 4.500 metros cúbicos en el contrato de 1975 se ha pasado a una media de 3.200 millones, con un escalonamiento a partir de 1994, hasta alcanzar 3.800 millones en el año 2.004. Respecto al pago de compensaciones, los mismos medios aducen que de los 500 millones de dólares pagados, 275 millones se debían ya en concepto de diferencia de precio y el resto es compensación para que Argelia no exija el cumplimiento de la claúsula take o pay.