La respuesta de los jueces
., Las actividades, supuestamente ilegales de las sectas, han provocado,' hasta ahora, escasos procedimientos judiciales y contadas sentencias. Una de las resoluciones más importantes fue la firmada el 13 de octubre de 1982 por el juez de Primera Instancia de Guadalajara, Julián Muelas Redondo, en una sentencia de un juicio declarativo de mayor cuantía en el que se reconocía la manipulación psíquica a que había sido sometido un seguidor de Hare Krishna y se anulaba el matrimonio concertado por el gurú en el seno de la organización.Aseguraba el juez en aquella sentencia que por "los hábitos y forma de actuación de la secta con relación a sus devotos, está probado que se trata de una secta seudorreligiosa inspirada en los principios vedánticos, en que el matrimonio es concertado por el jefe o gurú, con un régimen de vida -caracterizado por la falta de sueño fisiológico (.. .) que inhibe su capacidad de análisis y censura intelectual, anulación de voluntad, sugestibilidad extrema y robotización mental".
Otro dictamen importante fue el elaborado el pasado mes de mayo por los médicos forenses de Terrassa Barcelona). Rafael Martínez Figuereo y Manuel Baselga Montes, con ocasión de una exploración efectuada sobre dos ex adeptos de la secta Raschimura.
En opinión de estos dos médicos forenses, la mayoría de los adeptos ofrecen un cuadro clínico-psiquiátrico en el que aparece, como elemento característico, un debilitamiento psicológico que ha sido denominado "síndrome de persuasión colectiva".
Aseguran estos médicos que "durante el proceso de adoctrinamiento se utilizan métodos de persuasión de influencia social para obtener alteraciones de la percepción y de las actitudes. Con estos métodos se establecen unas fronteras socio-psicológicas que distancian al adoctrinado de sus anteriores ideas y apoyos sociales, generándose y manteniéndose un alto nivel de emocionalidad que tiende a inhibir los procesos de juicio racional".
Recogen además en este estudio una supuesta hipótesis, conocida en medios clínicos como el "síndrome de la conversión del culto, según la cual a los adeptos les supone "una sobrecarga" el procesar la información en el cerebro, por lo que se les provoca una situación de trance y la aparición de alucinaciones tanto de tipo auditivo como visual, "percepciones que llevan al adepto a la asunción, la mayoría de las veces, del carácter divino o sobrenatural del gurú".
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