El Gobierno proyecta reducir en cinco años a la mitad el coeficiente de inversión de bancos y cajas de ahorro
El volumen de recursos cautivos para cumplir el coeficiente de inversión obligatoria de bancos y cajas se reducirá, en un período de cinco años, al 13% del total de depósitos, según el borrador del proyecto de reglamento que ha empezado a discutirse entre los distintos ministerios a propuesta del de Economía y Hacienda, cuyo titular ha respetado íntegramente el proyecto ultimado por Miguel Boyer antes de ser sustituido. En la actualidad, la banca tiene que destinar el 21% de sus depósitos a cubrir este coeficiente, y las cajas de ahorro, el 37%.El director general del Tesoro, Raimundo Ortega, mantuvo el pasado jueves una reunión con los representantes de los distintos ministerios económicos para empezar a discutir el reglamento que desarrolle la ley del coeficiente de inversión, en la línea de lo anunciado en el mes de abril por el entonces titular de Economía.
La ley del coeficiente de inversión establece que el Gobierno podrá fijar que, como máximo, el 35% de los depósitos de bancos y cajas de ahorro se destine a inversiones obligatorias fijadas por la Administración. De este porcentaje no se podrá exigir más allá de un 15% para la adquisición de fondos públicos -en la actualidad se exige que las instituciones financieras tengan el 11% de sus depósitos invertidos en pagarés del Tesoro- o que un 25% se invierta en otros activos considerados como prioritarios.
Hace unos meses, cuando estaba discutiéndose la ley de Coeficientes de Inversión, los primeros cálculos del Ministerio de Hacienda estimaban como necesario el mantenimiento de un volumen de depósitos cautivos para mantener la financiación privilegiada del orden del 20%. En la actualidad, el Ministerio de Economía y Hacienda considera que es necesario proceder a la liberación de una parte importante de estos recursos cautivos y que, en el plazo de cinco años, se debe llegar al 13% de depósitos desde el actual 27% de media del sistema financiero. Ello supone reducir a la mitad el volumen de los recursos afectos a este coeficiente.
La fórmula que se propone es seguir manteniendo los actuale volúmenes de recursos cautivos con su calendario de vencimiento de los próximos años, y aplicar el coeficiente del 13% a los saldos de incrementos de los depósitos que vayan teniendo las instituciones financieras.
Liberalización de inversiones
De esta forma se logra mantener durante un período relativamente largo la actual situación para que ningún sector productivo pueda sufrir una retirada de financiación a tipos de interés por debajo de los de mercado, y, lo que parece más importante, obligar a que todas las instituciones mantengan la obligación de invertir el 13% de sus nuevos saldos de depósitos en líneas blandas de financiación supone que todas las entidades participan por igual en el proceso.Junto a la reducción real de coeficientes sobre el volumen total de recursos ajenos, que se producirá en los próximos cinco años, va a tener lugar una redefinición de los sectores productivos que podrán acogerse a esta financiación privilegiada. En principio se considera que el 8% de los nuevos fondos deben destinarse a financiar exportaciones o a adquirir cédulas para inversión emitidas por el Tesoro, según las autorizaciones anuales de los Presupuestos Generales del Estado. El 5% restante se repartirá, según decidan las instituciones, para financiar la vivienda dentro de los planes sectoriales, la reconversión industrial, las emisiones de las comunidades autónomas y de las corporaciones locales, así como al Instituto Nacional de Industria.
En la reunión entre el director general del Tesoro y los representantes de los ministerios económicos se estuvo de acuerdo con la filosofia general de reducción gradual de los coeficientes, dando más transparencia a los sectores privilegiados y reduciéndolos al máximo, aunque se plantearon algunos problemas puntuales de instrumentación que podrían dificultar su puesta en práctica.
En este sentido se señalaba que incluir dentro del coeficiente a la financiación de vivienda sin establecer ningún tope podía significar que las cajas de ahorro no tendrían que realizar otro tipo de inversiones a bajo tipo de interés dados los fuertes recursos que destinan a la financiación, con subvención, del plan cuatrienal de viviendas.
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