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La policía de Harare ha detenido a un ciudadano zimbabuo en relación con el asesinato del embajador español

La pista más importante con que cuenta la policía de Zimbabue, en torno al asesinato del embajador español en aquel país, José Luis Blanco Briones, ocurrido el pasado domingo, día 21, es la declaración de un ciudadano de Zimbabue que permanece encarcelado y que, según parece, también cenó con el diplomático el domingo por la noche. Esta persona, cuya identidad se niegan rotundamente a facilitar los investigadores, sería alguien del círculo más íntimo de José Luis Briones, aunque ni siquiera se ha precisado si es blanco o negro.

Según las informaciones obtenidas a través del Ministerio del Interior de Zimbabue, la policía trata de localizar un hombre que se encontraba cerca del lugar del crimen y que incluso llegó a pedir socorro. La fuente informante se negó a dar más detalles sobre esta persona, así como sobre las circunstancias que llevaron a su descubrimiento.La policía de Zimbabue está tratando de encontrar en los ambientes homosexuales de Harare una explicación a la muerte del embajador José Luis Blanco Briones, si bien por el momento no dispone de ninguna pista cierta, sigue todos los indicios que puedan esclarecer el terrible asesinato de José Luis Blanco.

Los investigadores anuncia ron una recompensa económica a la persona que aportara alguna información que contribuyera a descubrir el móvil del crimen, hecho éste sin precedentes en la historia de la investigación criminal en Zimbabue. El anuncio apareció ayer mismo en un diario de Harare, Harold, lo cual es un síntoma claro de que la policía no dispone todavía de ninguna pista cierta y está resuelta a utilizar todos los medios posibles para encontrar la verdad.

Los técnicos españoles

El embajador era muy apreciado y gozaba de gran prestigio entre las autoridades gubernamentales y desempeñó un papel decisivo en la venta a Zimbabue de los aviones de la empresa Construcciones Aeronaúticas, SA (CASA), los C112 y C212, que sustituyen progresivamente a los viejos Dakota del tiempo colonial. Están en proyecto nuevos encargos de este tipo, lo que supone una gran victoria para la industria aeronáutica española en Zimbabue. Precisamente para tratar sobre los problemas de la venta se encontraban en este país los ingenieros Jesús Martínez Ziganda y Pedro Mateu Cubells, los cuales se habían reunido el domingo por la noche con José Luis Blanco en el restaurante De Covery.

De la primera versión del episodio del asesinato del embajador se desprendía que tan, sólo habían sido estas dos personas las que habían cenado con José Luis Blanco Briones.

La policía, una vez informada de la muerte de José Luis Blanco se apresuró a detener a los dos técnicos españoles. Los dos técnicos permanecen en una cárcel situada en el centro de la capital de Zimbabue, que acostumbra a funcionar como prisión preventiva, aunque, de hecho, se trata de una prisión, y aquellos que la conocen afirman que las condiciones internas son peores que las de muchas prisiones reales de Zimbabue.

La situación de los detenidos es singular. Las autoridades continúan afirmando que los dos ingenieros no están acusados y que contra ellos no existe ninguna acusación formal.

Una fuente del Ministerio del Interior se limitá a comentar que la detención de estos dos técnicos españoles no tiene un carácter definitivo pero que es necesario retenerlos, dado que pueden contribuir al descubrinÚento de las causas del crimen, algo frecuente en lugares como este, en donde la justicia no sigue precisamente los cánones occidentales en la busca de la verdad.

José Luis Blanco fue encontrado abandonado en la selva, apenas sin ropa, y con el maxilar infeñor partido, diversas contusiones en la cara y señales claras de apaleamiento. El resultado de la autopsia, hecho público ayer, aseugura que murió estrangulado. En el interior del coche se encontraba el reloj Cartier, regalo de boda de su esposa, Verónica Cousteau. La matrícula diplomática del coche había sido camuflada con la placa habitual de los coches importados de Alemania Federal, pegada con goma.

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