España votó con la CEE

, Las negociaciones y votaciones de España en las sesiones de la Conferencia de Nairobi han estado presididas por el principio de integración en las posturas del grupo occidental, y más especialmente de los países de la CEE. Algún que otro pase por la izquierda de Grecia y Austria ha llevado a la delegación española a cumplir las directrices de ser lo que podría calificarse como progresista ma non troppo dentro del grupo, siempre que a los dos citados países se uniera alguno de los nórdicos.

Precisamente la decisión de abstenerse por parte de los países del norte de Europa en el proyecto de resolución sobre las mujeres saharauis -decisión que luego no tuvieron ocasión de plasmar porque la conferencia acabó tan tarde que no entró a considerar ninguno de los proyectos de resolución planteados- llevó a España a anunciar dubitativamente su abstención y a Marruecos a amenazar con que un voto afirmativo de los representantes de

Madrid podría provocar hasta la revisión de los convenios de pesca. En la madrugada del sábado, sin embargo, España había cambiado de opinión, y la delegación decía que votaría si al citado proyecto de resolución en el caso de que llegara a someterse.

La delegación española, según una de sus componentes, no hubiera votado favorablemente el documento de estrategias si llega a dejarse la alusión al sionismo, sino que se hubiera abstenido, como se abstuvo en los párrafos relativos a la deuda de los países en desarrollo y a la necesidad de cambiar el orden económico internacional, así como en lo relativo al apoyo a las mujeres y niños palestinos, mientras votaba a favor del rechazo al apartheid.

En su explicación de voto, la jefa de la delegación, Carlota Bustelo, dijo que las abstenciones no significan que España se desentienda de la crisis económica y de los problemas de los países en vías de desarrollo, pero que piensa que hay otros foros para tratarlos.