Los 'no alineados' se solidarizan con el líder surafricano Nelson Mandela
ENVIADO ESPECIAL Existen numerosos problemas candentes y cuestiones no resueltas en la VIII Conferencia Ministerial del Movimiento de los Países No Alineados, que hoy tiene prevista su clausura en Luanda (Angola): situación en Oriente Próximo, Chad, Sáhara, Malvinas, Timor Oriental o Camboya. Son problemas que dividen a los no alineados reunidos en la capital angoleña. Sin embargo, hay una cuestión que auna consensos y que va a dominar la próxima cumbre del movimiento, especialmente si ésta tiene como país anfitrión a Zimbabue, como parece probable. Ayer, las delegaciones enviaron un telegrama de solidaridad con el dirigente antisegregacionista Nelson Mandela. [Mandela fue examinado ayer por un urólogo en el hospital de Ciudad El Cabo, informa Reuter, según anunció el Servicio de Prisiones de Suráfrica.]
El grupo africano, apoyado por Cuba y ahora abiertamente por Zaire, está presionando al Gobierno de Robert Mugabe en Zimbabue para que acepte que su país sea el anfitrión de la próxima cumbre de los no alineados. Libia, país aspirante a tener ese honor, ha hecho circular por los pasillos el rumor de que se retira del Movimiento si no es elegida para recibir a los máximos dirigentes de los países no alineados. Yugoslavia, entretanto, se mantiene a la espera para convertirse en una solución de compromiso, precisamente cuando sé cumple el 25 aniversario del Movimiento, en el que el régimen de Belgrado ha desempeñado un papel predominante.
La designación del país sede de la próxima cumbre no es una cuestión menor, ya que es el encargado de elaborar los proyectos de resolución que deberán discutir los demás países. De ahí la rivalidad existente en torno a esta decisión. Por otro lado, la designación de Zimbabue, país de la línea del frente (junto a Mozambique, Botsuana y Angola), como anfitrión de la cumbre cobra un especial significado ante la situación en Suráfrica.
Petición de sanciones
En Luanda están presentes representantes de 124 Estados y organizaciones de todo el mundo, que van haciendo poco a poco un retrato del régimen surafricano como una especie de apocalíptica bestia negra.
Por extraño que parezca, están presentes en Angola delegados, e incluso periodistas, que desconocen la realidad angoleña o las razones históricas de la presencia de las tropas cubanas en este país africano o el problema de Namibia y su lucha por la independencia, y que llegaron convencidos de que el apartheid era simplemente un problema interno de la República Surafricana.
Por eso los llamados países de la línea del frente (por su vecindad con Suráfrica) organizaron una conferencia especial para informar a los delegados poco conocedores del problema. El éxito de esta reunión ha sido tal que va a salir de Luanda una declaración en la que se piden sanciones económicas obligatorias contra el régimen racista de Pretoria.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.