La grafomanía
Ya sé que soy indigno, que no me merezco tal honor, que hay infinidad de españolitos que están deseando verse publicados en tan impresionante diario, pero la naturaleza me hizo osado, insensato y cabezota.Y a pesar de que varias de mis disparatadas epístolas no han podido ver la luz, sigo infatigable perdiendo el tiempo en escribirles. Ya ven hasta qué punto llega mi patológica obstinación. No tengo nada que decirles y, sin embargo, les escribo.
Tal vez esté afecto de esa nueva enfermedad bautizada por un editorialista con el hermoso nombre de grafomanía. Quizá este morbo se extienda peligrosamente entre sus lectores; tal vez reciban pronto una inspección de sanidad a fin de analizar la composición del papel que utilizan. Sin embargo, me siento orgulloso de padecer un mal tan novedoso e inofensivo. La revelación de mi dolencia ha aliviado mis penas. Ya no me siento angustiado cuando compruebo que mis cartas no se publican jamás. Pero no puedo dejar de escribir, y envío cartas y cartas a diferentes lugares del mundo, direcciones inventadas por mi febril imaginación y en las que omito cualquier remite o identificación; así dormirán eternamente en miles de ciudades desconocidas. Gasto cantidades increíbles en papel, sobres, sellos; he aprendido mecanografía, lo que me permite escribir más rápido, y he mandado confeccionar varios modelos como el que ustedes remiten a los autores de las cartas no publicadas. Yo mismo me los envío y siento enorme placer y gran consuelo espiritual cuando leo que no han podido publicar mi carta por exceso de originales.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.