Las recomendaciones

Con harta frecuencia oigo decir a miembros y simpatizantes de la actual oposición política mayorítaría: para ocupar plaza en la Administración socialista hay que tener carné del PSOE. Sin ir más lejos, no hace mucho, lo ha dicho el propio señor Verstrynge: "Carné del PSOE, garantía de empleo". Pues bien, tal afirmación, además de falsa, es una estupidez de tomo y lomo, ya que, si así fuera, todos pretenderíamos hacernos militantes de base del PSOE. No; que yo sepa, para ocupar plaza en la Administración socialista a nadie se le exige estar afiliado al partido. Lo que sí ocurre con los socialistas es lo de siempre, lo que ha ocurrido siempre con cualquier otra Administración española anterior: que hace falta padrino. Porque, se quiera o no se quiera, guste o no guste a algunos miembros de nuestra presente sociedad, la perniciosa manía del enchufe siempre ha sido y aún sigue siendo una constante entre nosotros.La funesta costumbre de usar y abusar de la recomendación y el amiguismo para la obtención del enchufe parece consustancial con la idiosincrasia española y, desde luego, es innegable que constituye una inveterada lacra, terriblemente extendida y profundamente arraigada en esta nuestra sociedad, que, pese al prometido cambio socialista, aún sigue y continúa estando ahí, con su injusta y desgraciada realidad. Y es que, para que en ese terreno el cambio se produzca, para que desaparezcan el padrinazgo y la recomendación (si es que ello entre españoles es posible), tiene todavía que pasar mucha agua bajo los puentes y ha de costar aún mucho trabajo, pues no en vano de nosotros se ha dicho y está escrito: "La justicia no interesa al español. Lo que le interesa es el privilegio. Al español no le basta con sacar entrada, sino que quiere sacarla por ser sobrino del ministro, y gratis". Así de claro, sencillo y elocuente. ¿O no somos así los españoles?-