Preocupación en el Barça por la debilidad de su defensa

Cinco goles encajados en las dos últimas salidas, a Valladolid y a Oporto, preocupan en el Barcelona. En general, satisface menos el rendimiento del equipo en tareas defensivas que en el ataque. Fuentes próximas al equipo técnico indicaron que "cada día se trabaja para mejorar posibles errores en el sistema defensivo". Los barcelonistas señalan diversos motivos que podrían servir para encontrar una explicación: los continuos cambios en esta línea, la ausencia de Schuster en varios encuentros y la falta de suerte en determinados lances. El dato positivo es que Migueli jugará mañana ante el Real Madrid, a pesar de los 10 puntos de sutura que recibió al final del partido de Oporto.

Dos goles encajados en Valladolid y tres en Oporto parecen ser un dato lo bastante preocupante como para reflexionar sobre este punto, sobre todo si se tiene en cuenta que en la pasada temporada el Barcelona fue el segundo equipos menos goleado del campeonato, con 25 goles, tras el Spórting con 23. En Valladolid no estuvo Alexanco y en Oporto desapareció Miguefi, mientras Manolo, que entró en la posición de Gerardo, realizó un sensacional marcaje al joven Futre. "La compenetración de los defensas", señaló Urruti, "es tal vez uno de los puntos más importantes de un equipo. En este sentido, este año estamos sufriendo continuos cambios en esa línea y eso puede notarse, aunque todos tratamos de poner nuestro granito de arena para que todo salga bien".Migueli aseguró que jugará mañana contra el Real Madrid: "Tengo 10 puntos encima de la rodilla izquierda, pero me pondré una rodillera y saldré, aunque sé que los puntos me tirarán mucho".

El central cree que se han cometido errores: "Lo malo es que cuando un defensa comete un error, es medio gol, al igual que le sucede al portero".

Julio Alberto concede gran importancia a la mala suerte. "Mira, el domingo, en Valladolid, el primer gol fue, a mi entender, de penalti injusto, y el segundo como consecuencia de una falta que rechazó el palo y que Víctor se encontró de milagro. Lo de Oporto lo pudo ver todo el mundo. Ellos y a habían bajado la guardia, eran conscientes de que nosotros controlábamos la situación y se encontraron con aquel regalo. Suerte que luego Archi arregló el entuerto". Para el lateral izquierdo barcelonista "no cabe duda de que, de momento, la suerte nos esquiva".

Ausencia de Schuster

Para algunos, entre los que se encuentran destacados miembros del conjunto técnico, la ausencia de Bernd Schuster en muchos encuentros de esta temporada ha provocado que el rival llegue con mayor facilidad ante la defensa y el portal contrario. "La explicación es sencilla", comentó en la madrugada de ayer uno de los técnicos. "Schuster suele ocupar a menudo una posición de líbero adelantado, sirviendo de unión entre la defensa y el resto de centrocampistas. Su presencia en esa zona retrae al contrario, que piensa que en cualquier momento puede plantearle problemas con largos desplazamientos".En este sentido, "cuando no ha estado Schuster, los centrocampistas han jugado tal vez con menos sentido de orientación, lo que ha provocado que la defensa se sintiera desasistida en muchos momentos".

Una teoría similar podría aplicarse a la ausencia de Steve Archibald, siempre elogiado por su gran sentido del conjunto. "El escocés", explicó uno de los titulares del campeón de Liga, "tiene una forma de presionar especial, no se echa encima del defensa sino que espera que juegue el balón, lo controla pero no le acosa, lo que podría facilitar su maniobrabilidad. Es una forma especial y eficaz de realizar el pressing. Además, con Steve allí arriba, todos prefieren mantener dos o tres defensas, lo que facilita la labor de nuestros centrocampistas, que se sienten más útiles".

Todos coinciden en señalar que el tópico tiene razón: la mejor defensa es un buen ataque. Y mencionan el caso del Real Madrid actual.

"La recuperación total de Schuster y Archibald puede ser fundamental para nuestro juego, tanto defensivo como ofensivo", indicó ayer Migueli, que reconoció haber sufrido un ligero mareo cuando, en el minuto 38 del partido frente al Oporto, se vio la pierna totalmente embadurnada de sangre.

"Pero sólo fueron unos segundos", -añadió el jugador- "en seguida pensé en el Madrid y supe que jugaría, porque no era nada muscular o de hueso".