_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Dos palabras por Federica Montseny

No sé quién es Antonio Bruguera, .residente en Montmoreney", ni siquiera sé si existe, aunque me causa extrañeza que durante la dictadura de hierro del general Franco un hombre condenado a supercadena perpetua pudiera ser llevado a un campo de trabajo de donde pudiera fugarse. Me gustaría saber dónde residía ese comité nacional de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), al que el señor Bruguera dice haber pertenecido, y los nombres de sus componentes.Podría el señor Bruguera ser en esto tan explícito como al decir que perteneció a ese comité "desde mediados de 1945 hasta julio de 1949", aunque supongo que esa pretendida exactitud sea una forma más de los trucos para conseguir credibilidad acerca de circunstancias poco creíbles de por sí; lo mismo que cuando José March, el pretendido secretario, usurpador de las siglas históricas CNT, declara a la Prensa, también con los mismos fines de buscar credibilidad a sus precarias explicaciones, que tiene 18.321 afiliados, a lo que debiera añadir, para obtener más credibilidad todavía, "con diecisiete centésimas". Son truquillos, maneras de encubrir que en toda España no llegan a 2.000, como se expresa en sus propios documentos internos.

Lo que me extraña de la seriedad que quiere aparentar el señor Bruguera es que "condena de la manera más viva" un discurso que duró media hora larga, y del que él mismo confiesa que sólo conoce las 10 líneas escasas que EL PAÍS le dedicó el 2 de noviembre pasado.

Seguro que ese señor no debe ser tan serio como pretende.

También extraña que él pretenda justificar su escisión de la CNT por razones de la situación actual, cuando de toda su carta (EL PAÍS, 7 de diciembre de 1985) se desprende que él, el escribiente, pertenece al grupo de los eseisionistas políticos de 1945 y a su extensión, el Frente Libertario, que, ccomo se sabe, fueron los promotores del cincopuntismo, es decir, los que durante la dictadura franquista, y siempre haciendo alarde, entonces como ahora, de esa su sabiduría pragmática, pactaron con el fascista Solís un programa de colaboración presidido por los famosos cinco puntos, negocio que les costó la expulsión de la CNT por esa colaboración con la central sindical fascista.

Ésos fueron y son los ex cenetistas enemigos mortales de Federica Montseny, que repudió el cincopuntismo de manera total y absoluta. Así que parece que la oreja del señor Bruguera queda muy a la vista.

Si Dolores Ibárruri dice en sus memorias y repite en la televisión (7 de diciembre de 1985), refiriéndose a la 11 República Española: "Muy pronto nos dimos cuenta que los actuales dirigentes no se diferenciaban gran cosa de las anteriores", no pasa nada, y es una luchadora respetable y venerable. Pero si Federica Montseny dice (aumento del paro, incumplimiento de promesas, pactos sociales a costa del obrero, saneamiento de las empresas capitalistas y disminución drástica de la capacidad adquisitiva de los salarios, reconversión industrial con despidos masivos, despidos libres, etcétera) que "en algunas cosas los socialistas se han portado de manera más reaccionaria que el propio régimen franquista y que ello ha supuesto una prostitución de su doctrina", entonces, ¿hay que retrucarle sus palabras y hacerla aparecer como una profranquista o dejar caer, como el que no quiere la cosa, que acaso prefiera a Franco antes que a los socialistas? ¿Qué clase de bandidaje verbal es éste?-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_