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160 acusados en el 'macroproceso del petróleo', en Italia

Juan Arias

Un total de 160 personas comparecen hoy ante los tribunales de Turín acusadas de haber defraudado al Estado italiano, entre 1974 y 1979, más de 30.000 millones de pesetas de las de entonces. Se trata del que ya se conoce como macroproceso del petróleo.El juicio que se reinicia hoy fue aplazado la pasada semana, nada más empezar su primera audiencia, para examinar el estado de salud de algunos de los acusados, que adujeron, repentinamente, estar enfermos para justificar su no asistencia.

Este nuevo gran proceso se refiere a tráfico ilegal de cargamentos de petróleo que se evaporaban antes de pagar impuestos. Los principales responsables -y aquí radica el mayor escándalo- son, según los jueces, nada menos que dos generales de la Guardia de Finanzas que tenían precisamente el deber de defender los derechos del Estado: Raffaelle Giudice y Donato Lo Prete, ambos presuntamente afiliados a la logia secreta seudomasónica Propaganda Dos (P-2), de Licio Gelli.

En el banquillo, y en primera fila, está el gran director de orquesta de toda la operación, el genial organizador del gran circo del petróleo Bruno Musselli, de 60 años, condenado ya a 19 años de prisión por otros delitos fiscales y que fue detenido en la primavera de 1983 en las islas Canarias Llevaba aquel día en su bolsa una carta para Sandro Pertini en la que confesaba que era un "contrabandista del petróleo".

Nombres 'excelentes'

La operación fue larga y compleja y salpicó incluso a una parte de la jerarquía eclesiástica italiana, que había sido movilizada para que el general Raffaelle Giudice fuera nombrado responsable de la Guardia de Finanzas. En el asunto picó hasta el vicario de Roma y actual presidente de la Conferencia Episcopal, Ugo Poletti, quien había escrito una carta a Giulio Andreotti para recomendar al citado general.Entre los testigos del gran proceso, que durará no menos de seis meses -alquien dice que un año-, figuran nombres excelentes, como el banquero Michelle Sindona, para quien el fiscal ha pedido en otro proceso la cadena perpetua; el hijo de Gelli, Raffaelle, y el ex ministro socialdemócrata Luigi Preti.

Las refinerías con las que había jugado sucio todo este ejército de 160 imputados son las situadas en las regiones de Venecia, Lombardía y Piamonte. Uno de los formas en que se llevaba a cabo la estafa era sacar gasolina súper del petróleo destilado ligero (DPL) que estaba destinado a la fabricación de disolventes. El DPL está exento de impuestos, mientras que la gasolina, no. Con toda una serie de trampas hacían pasar la gasolina súper como si fuera sólo petróleo destilado ligero y así ganaban miles de millones con la complicidad de quienes debían haber revelado y denunciado la estafa.

En el juego estaban también implicados políticos. De esos últimos, el más destacado es Sereno Freato, que fue secretario personal de Aldo Moro muchos años, hasta la violenta muerte del líder democristiano. Freato cumple condena de siete años por otro escándalo, esta vez de aceite.

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