Sueños y realidades
Parece que el señor Vicent tuvo la otra noche una visión. Parece ser que soñó "que el Gobierno socialista estaba realizando un desesperado esfuerzo por terminar las obras de la Almudena para albergar en ella a todos los mendigos de Madrid".Una vez más se demuestra que el sueño pertenece al mundo de la imaginación y que soñar es bonito, hermoso y fructífero; pero mientras unos sueñan, otros tienen que actuar dentro de la realidad.
El señor Vicent soñó, entre otras cosas, que dicha catedral estaba "repleta de pordioseros alineados en colchonetas a la largo de las naves". Yo no sé si sabrá el señor Vicent que el Ayuntamiento de Madrid tiene al servicio de los ciudadanos un centro de acogida para todas aquellas personas que por la causa que fuere no tengan un techo donde pasar la noche (no sólo los pordioseros dickensianos, que, según cuenta el señor Vicent, escalan a "las cornisas de las pilastras" para estar resguardados).
Por otra parte, el menú que se ofrece a los ciudadanos en dicho centro de acogida tiene muy poco que ver con ese otro que truculentamente sueña el señor Vicent, en el cual "se impartía a los pobres una sopa negra a cargo de señoras socialistas con visón". Invito al señor Vicent, si quiere, incluso de incógnito, a que almuerce en el centro municipal y conozca personalmente los servicios que él, como cualquier otro ciudadano, podría necesitar.
Asimismo, la medida de emergencia propuesta por la Concejalía de Servicios Sociales de abrir por las noches las puertas del metro en los días de frío no se tomó por falta de recursos institucionales, puesto que los días de más frío sobraron camas en el Centro de Acogida Municipal. Esta medida se adoptó para que todas aquellas personas que no quisieran acudir a los centros previstos tuvieran un lugar donde refugiarse del frío, ya que en ningún momento se puede obligar a nadir a dormir en un albergue en contra de su voluntad. Pero quizá el señor Vicent prefiera el sistema de épocas anteriores, cuando no se respetaba la libertad de elección.
En fin, parece ser que a este señor le pagan por soñar y desvirtuar la realidad en un tono jocoso, que resulta un tanto patético, sin molestarse en recabar información y demostrando escaso conocimiento de este problema social, mientras otros tratamos de hacer realidad un proyecto de servicios sociales dentro de una sociedad compleja en la cual algunos visionarios se permiten el lujo de soñar con pordioseros, en el mejor estilo decadente y poco práctico de aquellas señoras de la defenestrada beneficencia.-
Concejala de Servicios Sociales.
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