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CONFRONTACIÓN EN EL MEDITERRÁNEO

Las maniobras de EE UU pretenden intimidar a Libia

Francisco G. Basterra

FRANCISCO G. BASTERRA, Aviones norteamericanos, en un paso más del proceso de intimidación contra Muammar el Gaddafi, vuelan desde ayer frente a las costas de Libia, en unas maniobras aeronavales decididas por Ronald Reagan para enviar "un fuerte mensaje" a Trípoli de que EE UU está dispuesto a detener por todos los medios el terrorismo que, asegura, instiga el dirigente de la revolución verde. Los aviones -modernos cazabombarderos F-18 y F-14 y bombarderos A-4- sólo se detendrán ante las 12 millas de aguas territoriales libias y no invadirán el espacio aéreo de este país, pero tienen permiso para entrar en el golfo de Sidra, sobre el que Libia reclama una soberanía que Washington no reconoce. Las maniobras, según expertos norteamericanos, son completamente legales.

La Casa Blanca explicó ayer que las maniobras no son una provocación, sino que se trata de mantener intranquilo al líder libio, obligándole a mantener una alerta militar total, que es costosa y puede ponerle nervioso. "Queremos mantenerlos expectantes; están comenzando a descansar en sus sillas de nuevo y deseamos que sepan que nos tomamos esto en serio", explicaron funcionarios de la Administración.Fuentes gubernamentales desmintieron ayer que se trate de la preparación para asestar un golpe militar a Libia, lo que no ha sido descartado por Reagan como el siguiente paso si Gaddafi no altera su conducta.

Otro portavoz admitió que las maniobras realizadas desde los portaviones Coral Sea y Saratoga "forman parte de la guerra de nervios" entre Reagan y Gaddafi, iniciada tras los atentados terroristas contra los aeropuertos de Roma y Viena, promovidos, según Washington, por Libia.

La Prensa norteamericana reveló ayer que Reagan, el pasado día 6 de enero, ordenó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que dedique más dinero y hombres a operaciones encubiertas para derrocar a Gaddafi. También el presidente ha enviado a

Egipto a un funcionario de la Administración para que estudie posibles acciones militares de ese país contra Libia en el caso de que Gaddafi ataque a uno de sus vecinos.

Existen divergencias en el seno de la Administración, sobre todo entre el secretario de Estado, George Shultz, y el jefe del Pentágono, Caspar Weinberger, sobre el empleo de la fuerza militar contra el terrorismo. Shultz es partidario de utilizarla, mientras que Weinberger se muestra más reacio.

Señal a Moscú

Otro de los objetivos de las maniobras en esta región del Mediterráneo, que no se realizaban desde enero del pasado año, es enviar también una señal a Moscú de que Estados Unidos no se deja intimidar por la presencia de buques soviéticos en la zona.

El barco insignia de su flotilla mediterránea estaba ayer en el puerto de Trípoli, y al menos otros dos navíos de guerra de la URSS, uno de ellos capacitado para el espionaje electrónico, patrullan en el interior del golfo de Sidra para advertir a los libios con tiempo de cualquier acción militar norteamericana. Dos radar volantes soviéticos IL-38 también están sobrevolando el área. Dos buques de guerra soviéticos, siempre según fuentes del espionaje norteamericano, están frente a Israel para detectar también cualquier posible movimiento militar en contra de Libia.

Reagan dio luz verde a las maniobras, que se prolongarán hasta el día 31, en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional celebrada el martes. El miércoles fue advertida la Organización Internacional de Aviación Civil (OIAC) y el control del tráfico aéreo de Trípoli de que se realizarían "operaciones rutinarias de vuelo en la región aérea de Trípoli", que se extiende 100 millas frente a la costa libia y en el interior y exterior del golfo de Sidra. "Los aviones operarán", decía la nota no secreta, "en el espacio aéreo internacional bajo las reglas del vuelo visual o bajo el control de radar o comunicación de radio con navíos o aviones radar".

Fuentes militares dijeron aquí que, con estas maniobras, la VI-Flota podrá también conocer la capacidad de reacción del sistema de radar libio y especialmente de los radar que protegen las baterías antiaéreas de proyectiles SAM-5 instaladas por los soviéticos, y que se cree que ya son operativas, en la base aérea de Surt, a 250 millas al este de Trípoli. "Los aviones de EE UU volarán hasta que sean captados por el radar libio", explicó un funcionario norteamericano. Los SAM-5 son un arma bastante anticuada y no son efectivos contra los F-14 y F-18, pero pueden alcanzar objetivos situados a 200 millas de distancia, dentro del arco donde está operando la VI Flota.

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