Las asociaciones de vecinos reclaman una mayor participación ciudadana

La necesidad de una mayor participación del movimiento vecinal en los órganos de la Administración, el creciente desfase entre el coste de la vida y los ingresos familiares y la creación de una "conciencia pacifista en los barrios" fueron algunas de las resoluciones del I Congreso del Movimiento Vecinal, celebrado durante tres días en Madrid. Joaquín Leguina, presidente del Gobierno regional, excusó su asistencia a la clausura y rechazó en un escrito las acusaciones de falta de apoyo económico por parte de la Comunidad de Madrid.

Salvador Torrecilla, presidente de la Federación Regional de Asociaciones de vecinos (FRAV), afirmó que el movimiento vecinal "aspira a tener un mayor protagonismo en las decisiones que afectan a la vida municipal", durante el I Congreso del Movimiento Vecinal celebrado durante tres días en la facultad de Derecho de la universidad Complutense y al que han asistido 142 delegados de asociaciones de vecinos de la región madrileña.Una visible pancarta con el lema Participando hacemos Madrid creaba un ambiente peculiar en el lugar donde han concurrido centenares de asistentes a un congreso que atravesó serias dificultades. Vistosos murales ilustrativos narraban en el vestíbulo la accidentada historia de las asociaciones de vecinos madrileñas desde finales de los años sesenta.

"Los problemas de financiación, sobre todo por parte de la Comunidad de Madrid, hicieron que el congreso no se pudiera celebrar en diciembre, como estaba previsto en principio", señala Juan José Soriano, vocal de la junta directiva de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAV). Los incidentes del pasado viernes, cuando un grupo de jóvenes con distintivos ultras agredieron a los asistentes a la inauguración del congreso, no lograron impedir el normal funcionamiento de los grupos de trabajo.

Las aproximadamente 50 resoluciones aprobadas en el congreso servirán para elaborar un programa conjunto del movimiento vecinal en la región. En temas como la calidad de vida, la ecología, la juventud, la delincuencia o la sanidad, la Administración debería abrir sus puertas a la participación ciudadana, según las asociaciones asistentes al congreso.

Consejos consultivos

En opinión de Salvador Torrecilla, presidente de la FRAV, los actuales consejos de participación que funcionan en las juntas municipales "son inoperantes y no conducen a nada". Torrecilla se refirió a la "necesidad de ampliar los cauces de participación ciudadana a través de consejos consultivos, participando activamente en los plenos o instituyendo el referéndum municipal".El presidente de la FRAV se refirió a "una probable reforma de la normativa sobre participación ciudadana, según nos dio a entender Barranco después de que asistiera a la inauguración del congreso". Torrecilla también hizo mención a "la falta de ayudas y subvenciones" y a la necesidad de "equiparar los derechos de las asociaciones de vecinos con los de los sindicatos u otro tipo de asociaciones".

El presidente del Gobierno regional, Joaquín Leguina, dirigió ayer un escrito a Salvador Torrecilla en el que excusa su asistencia en la sesión de clausura del Congreso, y señala que la invitación le había llegado sólo con dos días de antelación.

Leguina rechaza las acusaciones de Torrecilla y, en el mismo escrito, niega la falta de ayudas que se le imputa a la Comunidad de Madrid y recuerda el compromiso existente de colaborar con 500.000 pesetas a la celebración del Congreso, además de haber contribuido a la elaboración de los 30.000 carteles, pegatinas y material gráfico.

Félix López-Rey, presidente de la Asociación de Vecinos Meseta de Orcasitas, destacó, dentro del aludido congreso, "la importancia del movimiento vecinal en los albores de la democracia y su influencia decisiva en los planes elaborados por los ayuntamientos". La federación agrupa un total de 180 asociaciones vecinales, que cuentan con 30 publicaciones propias y dos radios libres.

"La remodelación de los barrios marginales", según López-Rey, "es obra de las asociaciones de vecinos". "En 1973", añade, "existían en Madrid más de 33.000 chabolas y otras tantas familias que vivían en condiciones infrahumanas. Las soluciones que hoy se están aportando son copia exacta de nuestras reivindicaciones".