Cunhal llama a la convergencia democrática para proteger "Ias conquistas del 25 de abril"
El Partido Comunista Portugués (PCP) ha convocado a las "fuerzas democráticas" que hicieron posible la elección de Mario Soares como presidente a emprender "acciones conjuntas o convergentes" para alejar los peligros que pesan todavía sobre "las conquistas de la revolución de abril de 1974" después de la derrota electoral del conservador Diogo Freitas do Amaral.
Las conclusiones del Comité Central del PCP, reunido en Lisboa el mismo día de la primera conferencia de prensa del presidente electo, y divulgadas ayer por su secretario general, Alvaro Cunhal, refutan, punto por punto, las declaraciones de Soares.Cunhal no considera, como el futuro jefe de Estado, que la "mayoría de izquierda" cumplió su papel colocando en el palacio de Belem "un demócrata fiel al espíritu del 25 de abril" y que el primer ministro, Aníbal Cavaco Silva, tiene el derecho de gobernar, con el respaldo del Parlamento. El líder del PCP y su partido piensan que la derrota de Diogo Freitas do Amaral, apoyado por Cavaco Silva, fue el fracaso de un plan "inconstitucional, ilegal y subversivo de liquidación del sistema", un "golpe contra la revolución", aunque la derecha prepara otras medidas y otras tácticas con el mismo objetivo.
Cunhal admite el carácter coyuntural de la unión de la izquierda detrás de Soares y que no se trata de pedir contrapartidas por el apoyo del PCP, que fue "decisivo para la elección del líder socialista a la presidencia. Considera, en cambio, que la oposición, mayoritaria en el Parlamento, no debe desperdiciar la dinámica del "frente común" contra la derecha, que puede, en un primer momento permitir la derrota en el Parlamento de las medidas gubernamentales, "contrarias a los intereses del pueblo y del país" y, más tarde, "constituir la base de apoyo parlamentario para la formación de otro Gobierno".
Prudente, Cunhal no quiere hablar todavía de plazos para la caída del actual Gobierno, ni de la participación o no del PCP en el Gobierno de "alternativa democrática posible en el contexto del actual Parlamento".
Para los comunistas lusos, la política del Gobierno de Cavaco Silva -que califican de demagógica en sus aspectos más populares, como la disminución de los impuestos o la reducción de la duración del servicio militar- es la continuación de la línea seguida en los últimos 10 años, en la que "el partido socialista y Mario Soares tuvieron un papel decisivo en Gobiernos de derecha".
El precio que Cunhal, ímplícitamente, pretende cobrar por la elección de Soares no es un lugar en el poder, sino el papel que el Partido Socialista de Soares más ha tratado de arrancar de las manos del partido comunista: el de fuerza fundamental y decisiva de la oposición, el liderazgo natural de la izquierda.
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