Cicerón era Mason
¿Qué sería de Odio entre hermanos sin Edward G. Robinson, de Eva al desnudo sin George Sanders?, ¿qué, sin James Mason, de Operación Cicerón? Existir sí existen, aunque de hecho no abunden, actores de esa misma talla, pero muy difícilmente hallaríamos criaturas terrestres o extraterrestres capaces de dar vida a Gino Monetti (Odio entre hermanos), Addison de Witt (Eva al desnudo) y Diello Cicerón (Operación Cicerón) como la dieron Edward G. Robinson, George Sanders y James Mason: la teatralidad desmandada de Joseph L. Mankiewicz impone los más excelsos pavos reales.Esta noche, tanto como por el trabajo de su realizador, Joseph L. Manckiewicz, hay que ver, hay que disfrutar Operación Cicerón por James Mason, actor ilustre que, aunque intentara convencerse al principio de lo contrario, pronto comprendió que su puesto no estaba en el zoo de los galanes sino entre la gloriosa fauna de los secundarios, de los seres esquivos de buena escuela o, cuando de primeros se trataba, como en este caso, siempre en personajes exentos de romper corazones.
Almas y corazones
James Mason rompía almas más que corazones; era, un villano sin escrúpulos moldeado en los más refinados cinismos del género humano. Ahí está y estará siempre su Vandamm de Con la muerte en los talones para quien quiera enterarse de lo que vale un villano.Cicerón, diestro y siniestro, es también un villano. Quizá tenga, como el Verdoux memorable de Chaplin, sus razones; acaso esconda entre su calcetín y su zapato una honrosa moral. Pero es un villano de sombrías vocaciones.
Sirviente del embajador británico en Turquía, el personaje que interpreta James Mason en esta película que veremos hoy pasa informaciones secretas a los nazis en la época más delicada del asunto. Sus modos irreprochables casi no disimulan sus enigmas nocivos: tanta perfección profesional es imposible en una sola persona.
Juego de encajes
Operación Cicerón es un juego que anuncia los mejores encajes de Joseph L. Mankiewicz: las absolutas Mujeres en Venecia y La huella. De la jugada se derivan no pocas cosas. La principal, que el contrincante, de aparente honestidad y limpieza vulnerada, participa igualmente del naipe en la manga.El trayecto, levemente espinoso, está formado de una impecable y sobria narración, un guión de Michael Wilson inspirado en el texto de L. C. Moyzisch, a su vez inspirado en hechos reales. Película de mérito y subyugante, malintencionada, justifica, como recordaba Cabrera Infante, el G. Caín de la crítica de cine, la frase "el culpable es el mayordomo". El verdadero culpable, sí, es James Mason: nos cautiva.
Operadón Cicerón se emite hoy a las 22.05 por TVE-2.
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