López Cobos, cuya esposa sufrió dos trasplantes de hígado, dona todos sus órganos

Jesús López Cobos, director de la Orquesta Nacional de España (ONE) y de la orquesta de la ópera de Berlín, que suspendió todos sus contratos por la enfermedad de su esposa, quien recibió dos hígados en sendos trasplantes, ha podido volver a Madrid porque ella se encuentra ya fuera de peligro. López Cobos, que dirigió ayer en el Real a la Joven Orquesta de la Comunidad Europea, ha hecho donación de todos sus órganos.

A Karin López Cobos, que padecía cáncer de hígado, le fue trasplantado en Hannover (RFA) un hígado el 4 de abril, proveniente de un joven leridano que murió a causa de un accidente de tráfico. La operación fue satisfactoria pero surgieron problemas de adaptación que hicieron necesaria una segunda operación, realizada cuatro días más tarde. El donante fue en esta ocasión un joven de la RFA muerto también en accidente de tráfico.Ahora, la mujer de López Cobos se encuentra en periodo de recuperación y, según su marido, "se levanta, come y habla normalmente". El músico ha pasado días de angustia. "Desde que supe-la gravedad de la dolencia", dice, "me propuese estar a su lado hasta que el peligro pasase. En este tipo de operaciones la ayuda. psicológica es muy importante, y los mismos médicos me insistieron en ello, y a Karin le dijeron que su voluntad era casi lo más necesario".

Agradecimiento

López Cobos se muestra agradecido a cuantos se han preocupado por su mujer, cuyo proceso de recuperación la mantendrá en la clínica al menos dos meses. Al principio, sintió cierta aprensión ante el hecho de que tuviese mucha publicidad este asunto. "Pero lo he dado por bien empleado", comenta, "al ver, no sólo el cariño de tanta gente, sino también la importancia de que crezca el número de donantes, en un momento en que los avances de la medicina los hacen necesarios. Creo que donar es una prueba de amor fraterno. Lo primero que hice al entrar en el hospital de Hannover fue firmar una tarjeta de donante. Quizá la publicidad ayude a que la ente se conciencie sobre esto". El director de la Orquesta Nacional de España, de 116 años, tiene un hijo de Karin, Manuel, de seis. Durante las operaciones de su esposa, sintió angustia "pero no desesperación", señala. "Creo en la providencia", añade, "y pienso que no hay nada negativo que en un momento determinado no pueda, convertirse en positivo". El ambiente de 40 días en un hospital -la clínica de la universidad de Hannover-, donde todo es a vida o muerte, le hizo pensar en la capacidad de sufrimiento del ser humano y en la necesidad de cambiar su escala de valores personal para llegar a la conclusión de que "hay muy pocas cosas por las que merezca la pena disgustarse". "Creo que la búsqueda de la felicidad por el amor es primordial y hace pasar a un lugar complementario el trabajo", añade.