Las altas tasas de desempleo en España ocuparon las primeras discusiones del pleno de la Comisión Trilateral
Intentar comprender cómo es posible que una economía desarrollada como la española padezca el porcentaje de paro más alto de los países de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) fue la principal preocupación intelectual de los casi dos centenares de miembros de la Comisión Trilateral, en la primera sesión de la reunión plenaria de la organización. Esta perplejidad ante los niveles de desempleo fue resaltada, sobre todo, por los miembros japoneses del la Comisión, que quieren ampliar las inversiones en nuestro país, como base estratégica para penetrar en la Comunidad Europea.
El hotel Eurobuilding, sede de la reunión, parecía un cuartel, Las medidas de seguridad eran imponentes. Decenas y decenas de policías de paisano y de uniforme cuidan de los más de 180 financieros, empresarios, intelectuales y sindicalistas de todo el mundo, que se aglutinan en el club privado más influyente de la zona occidental. La primera sesión, a puerta cerrada, estuvo dedicada a la situación de España y Portugal. Política y economía compitieron en el interés de norteamericanos, europeos y japoneses. Estos últimos ha acudido, por prímera, vez masivamente, a un pleno de la Trilateral.
Fraga y González
José María de Areilza, Juan Linz, Victor Perez Díaz, Juan José Toribio y el portugués Anto nio Marta, presididos por el trilateral Carlos Ferrer Salat, fueron los encargados de definir la coyuntura. El almuerzo y cena de los delegados con Manuel Fraga Iribarne y Felipe González (esta última en el Banco de España) sirvieron para profundizar en el contenido de las ponencias. El líder de la oposición acompañó su presencia con un stand en el que se repartían los opúsculos What Alianza Popular stands for (lo que defiende Alianza Popular) y Una política económica al servicio del crecimiento en libertad.En conferencia de prensa, los ponentes españoles resumieron, a nivel muy genérico, el contenido de la sesión: petición de explicaciones sobre el enorme porcentaje de paro en España (más del 22% de la población activa) y permanentes intervenciones demandando severidad en el control del gasto público.
Según Ferrer Salat continúa existiendo una cierta preocupación por el acceso de los socialistas españoles al poder, aunque se valoró la política económica aplicada en la primiera legislatura, como "de una gran madurez en el ajuste". Pese a esta preocupación existe confianza en el futuro, sobre el que se establecieron tres hipótesis: que el PSOE saque la mayoría absoluta en las próximas elecciones; que saque una mayoría numérica, pero no absoluta; y que Coalición Popular, unida a los nacionalistas catalanes y vascos sea la próxima formación gobernante. En este futuro hay tres sombras de primerá magnitud: el desempleo (especialmente el desempleo juvenil); el problema vasco, que posiblemente durará varias generaciones; y una sociedad civil que, pese a haberse integrado progresivamente, es todavía relativamente débil.
Varias intervenciones destacaron la dinámica de pactos sociales realizada durante toda la transición ("una transición en la que no se ha dado ni un sólo caso de violencia electoral grave", según Arcilza), que está sirviendo de ejemplo en la zona latinoamerricana (Juan José Linz).
Los trilaterales destacaron en sus intervenciones el papel internacional de España, sobre todo en relación con América Latina y los países árabes, Israel, Norte de Africa y Comunidad Europea.
En una prospección de futuro, las características comunes de todas las intervenciones, fueron las siguientes: necesidad de proseguir en una línea de moderación política y económica; continuación en la lucha contra el déficit público; y perseverar en la liberalización del sistema finariciero y, sobre todo del mercado laboral, para cortar la tendencia al desempleo estructural.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.