Jean Pierre Papin
El protegido de Platini marcó el gol de Francia ante Canadá
EMILIO PÉREZ DE ROZAS ENVIADO ESPECIAL Ha llegado a la gloria y no se ha enterado casi nadie. Preguntas por él y nadie sabe decirte nada, ni siquiera muchos de los periodistas que siguen a la selección francesa de fútbol. Sí saben que no juega en Francia, que se pelea con sus marcadores y, por supuesto, que tiene olfato de gol. Pero no saben decirte nada más. Está ahí, en la punta de lanza del ataque de Francia, y es un auténtico desconocido. El marcó el gol del triunfo contra Canadá en su debú oficial.
Ni siquiera la computadora del Mundial sabe cosas de él. Escribes la palabra mágica, Papin, y simplemente te contesta: Jean Pierre Papin (Francia). Delantero, nacido el 5 de noviembre de 1963 en Boulogne; edad, 22 años, peso 70 kilos; club, Brujas. La verdad es que este muchacho no tiene excesiva historia. Pero se ha convertido ya en una de las grandes atracciones, que no es lo mismo que estrella, del campeonato. La gente va a ver en el equipo francés a Platini y a Papin, para saber cómo ese ese muchacho goleador en el Brujas de Bélgica.Papin estaba jugando en el Valenciennes francés, de Segunda División, cuando un ex jugador belga, Raul Lambert, le preguntó si quería jugar en el Brujas. Valenciannes es casi Bélgica, pues se encuentra a 50 kilómetros de la frontera y, por tanto, les fue más fácil descubrirlo a los belgas que a los franceses. Tal vez por eso, ahora hay un importante lío en el fútbol francés para ver quien se hace con los servicios del nuevo goleador.
Papin llega a Bélgica y empieza a meter goles. Además, su estilo agresivo, peleón y correoso, encanta al público. Es capaz de pegarse con sus rivales, se planta en el área con dos excelentes columnas, al estilo de las de Gerd Muller, y remata de cabeza con la misma facilidad que lo hace el gigante danés Elkjaer.
Desaparecido Bernard Lacombe, uno de los mejores delanteros centro que ha tenido Francia, el seleccionador Henri Michel llama a Papin en febrero pasado para alinerase junto a Michel Platini, que ya conocía al goleador de sus actuaciones en la Copa de Europa. Terminado el partido, Platini le dice a Michel que le gusta Papin. Y Papin entra a formar parte de la lista francesa para el Mundial. "Me gusta", cuenta Platini, "porque me recuerda a Boniek, con el que me entendía a la perfección en la Juventus".
Ciertamente, Platini juega, fundamentalmente, para Papin, más que para Rocheteau, goleador internacional del Paris Saint Germain. El trabajo de Papin es desmarcarse, buscar huecos, para que el ídolo galo le meta balones. Papin cuenta que hasta hace un par de semanas aún tenía colgado un cartel de la estrella francesa en una de las habitaciones de su casa. Los periodistas franceses dicen que Papin habla mucho, que habla por los codos y que, por tanto, no hay que hacerle demasiado caso.
Por ejemplo, el pasado mes de diciembre escribió una carta a la directiva del Mónaco en la que se comprometía a fichar por este club una vez finalizada la temporada con el Brujas e incluso le comentaba que no se preocupara, que él arreglaría lo de su traspaso. Su excelente actuación a lo largo de todo el año y la llegada del magnate francés Bernard Tapie al Marsella hizo estallar el escándalo. Michel Hidalgo, ex seleccionador francés, también quería a Papin, y Tapie lo puso en sus manos para la próxima temporada.
En efecto, Papin fue capaz de firmar un contrato con el Marsella ante la sopresa del Mónaco, que reclama a gritos los derechos sobre el goleador francés. Los de Marsella dicen que lo que tiene el Mónaco es "una carta de intenciones, pero no un contrato", que el contrato con Papin lo tienen ellos. Y el jugador, que de momento parece tenerlo muy claro, ha dicho que jugará en el Marsella. Y ahí está él. Casado, padre de dos niños, pretendido por unos y otros. Tiene aspecto del chico de recados y, sin embargo, ha entrado en la gloria sin que se entere nadie.
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