Desilusión francesa por la forma de perder ante la RFA

Se acabó el sueño. Los aficionados franceses no reaccionan generalmente llorando, gritando o suicidándose ante la derrota de su equipo, pero la verdad es que esta vez la desilusión ha sido más grande que nunca. París parecía en la noche del miércoles una ciudad triste, ocupada exclusivamente por los turistas. Ellos, los franceses, todavía bajo el impacto del último gol en el último minuto, se quedaron en sus casas.Para esto hubiera sido mejor que nos eliminara Brasil. Aquél, por lo menos, fue un gran partido. Frente a Alemania los bleu jugaron sin fuerza y sin precisión", coinciden los comentaristas deportivos. Michel Platini, la gran estrella francesa, ha pasado por el Mundial como una sombra. "Qué diferencia con Maradona. El argentino pone toda la carne en el asador", se quejaba un locutor.

El presidente de la República, François Mitterrand, que vio el partido en televisión, envió a los jugadores un telegrama en el que comparte su "decepción", pero les felicita por su "coraje y cualidades". "El equipo francés ha sido víctima de la gloriosa incertidumbre del deporte", asegura el presidente. El primer ministro, Jacques Chirac, lamentó también que "el esfuerzo no haya sido coronado por el éxito". "Saludo vuestra gran clase, hecha de determinación y combatividad", añadía su telegrama.

Maxime Bossis, que ha anunciado ya como Jean Tigana, que no volverá a jugar con la selección nacional, reconoció que el equipo fue menos incisivo que en partidos anteriores. "Cuenta la fatiga, pero empiezo a creer que tenemos una maldición con los alemanes", se quejaba.

El partido, que debía haber sido la revancha de aquella otra semifinal de Sevilla en la que Francia perdió contra la República Federal de Alemania (RFA) por penaltis, se convirtió en una pesadilla para los 25 millones de telespectadores fanceses. "Sin olvidar la efiininación de Italia y de Brasil, el recuerdo que nos quedará de esta Copa del Mundo es la imagen de un equipo triste y sin alma. Mejor acordarse de Sevilla que de Guadalajara", escribe el enviado especial de un periódico parisiense.

Para la mayoría de los franceses, ésta ha sido "la gran ocasión perdida". "Nunca habíamos estado tan cerca del título mundial", afirma Libération. "No hubo ni drama ni pasión en este partido".