Alsthom descarta prácticamente su participación en Isodel
La multinacional francesa Alsthom, que junto a la suiza Brown Boveri parecen ser los únicos candidatos posibles a participar en la empresa Isodel, ha condicionado la entrada en el capital social de la empresa española de aparillaje al cumplimiento de una serie de medidas cuya dureza supera en conjunto las propuestas por el plan de viabilidad realizado por Asfin. El comité de empresa de Isodel, con el respaldo de las federaciones del Metal de CC OO y UGT, hizo público ayer su rechazo al mencionado plan, al que calificó de "plan de inviabilidad".La respuesta de Alsthom al ofrecimiento hecho en su día por el presidente de Isodel, Javier Bañón -en carta fechada a finales del pasado mes de junio, pero cuyo contenido no fue conocido hasta el pasado lunes- se viene a sumar a la negativa que ya hiciera, el pasado 18 de junio, el otro posible socio, Brown Boveri. A estas dos tentativas, hay que sumar la ya frustrada de Arbobyl. Esta empresa, que tiene la mayoría del capital de la antigua Westinghouse España, mostró su interés, en noviembre de 1985, de comprar Isodel en el marco de la prevista reconversión del sector de bienes de equipo.
Alsthom considera que las hipótesis de ventas ofertadas por Isodel habría que revisarías a la baja, ante la ausencia de mercado, lo que obligaría a ajustar la plantilla a unos niveles entre 250 y 300 trabajadores. Por otra parte, Alsthom condiciona su posible participación en Isodel a que la empresa sanee completamente su balance, lo que comportaría una condonación de todas las deudas bancarias de la sociedad, así como el pago de las deudas a Hacienda y Seguridad Social (en conjunto Isodel tiene unas deudas totales de 8.357 millones de pesetas).
La multinacional francesa considera válida la fórmula ofertada por Javier Bañón de cancelar las deudas con la Administración a través de la venta de los locales que actualmente ocupa la fábrica, lo que supondría el traslado de las instalaciones a Coslada (Madrid).
Esta respuesta se refiere a una oferta de la empresa, previa a la presentación del plan de viabilidad, en la que se proponía una reducción de capital a cero y su posterior ampliación a 1.500 millones -de los que la mayoría deberían ser suscritos por Alsthom-; un ajuste de la plantilla de 827 a 460 trabajadores; el traslado de las instalaciones a Coslada con una inversión de 1.220 millones de pesetas y el saneamiento financiero de la sociedad.
Participación pública
El comité de empresa señaló como una de las posibles soluciones al problema de Isodel la participación accionarial de Red Eléctrica (Redesa) o el INI. En el aspecto laboral, la alternativa que ofrecieron era la de recurrir a las bajas incentivadas y a las jubilaciones anticipadas, que incluyeran a los trabajadores de 55 años de edad, de los que actualmente existen en plantilla unos 250. Como medida alternativa propusieron el desempleo rotativo que en un plazo de dos años podría permitir acceder a la prejubilación a otros 80 trabajadores.La oposición al plan de viabilidad por parte del comité fue radical, discrepando sobre todo en las hipótesis de mercado barajadas, y criticando el mínimo esfuerzo que se exige a los accionistas y a los acreedores. El comité de empresa informó que habían solicitado la celebración urgente de una reunión entre las partes interesadas en el Ministerio de Industria y Energía.
Para los representantes de los trabajadores, la hipótesis de mercado manejada por Asfin en el plan de viabilidad -llegaron a afirmar que "Asfín no tenía ni idea de lo que es el aparillaje en este país- está amañada a la baja sobre el plan presentado en mayo anterior, que preveía un mercado de 3.000 millones en lugar de los poco más de 2.000 que se contemplan ahora al acabar el plan.
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