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El Gobierno argentino suspende durante 180 días el sindicato de pilotos

La suspensión por 180 días de la personalidad jurídica sindical de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) por parte del Gobierno argentino agravó aún más la tensa situación que mantienen los pilotos en huelga de la compañía estatal Aerolíneas Argentinas, la decisión fue anunciada ayer por el ministro de Trabajo.

El ministro de Trabajo, Hugo Barrionuevo, informó que "el Gobierno esperó hasta el día de hoy [por ayer] para que la APLA accediera a normalizar las tareas sin condicionamientos tras 18 días de huelga total".La empresa estatal despidió la semana pasada a 561 pilotos que desde hace 15 días cumplen una huelga por tiempo indefinido para solicitar mejoras salariales.

Al anunciar ayer la suspensión de la personalidad jurídica de la APLA, Barrionuevo aclaró que de esa manera se deja sin efecto por seis meses el derecho establecido en la ley sindical de representación de los trabajadores, al convertirse en una organización que ha perdido su legitimidad, con lo cual no puede hacer ninguna petición ni negociar con nadie.

El presidente de Aerolíneas Argentinas, Horacio Domingorena, señaló que la empresa está dispuesta a seguir conversando sobre la reincorporación de los pilotos despedidos en forma individual.

La APLA calificó la decisión del Gobierno de "arbitraria", y en un comunicado difundido en Buenos Aires dice que tal medida afecta a los demás sindicatos del país, ya que conculca el ejercicio del derecho constitucional de huelga, la libertad de asociación y el libre ejercicio de la libertad sindical.

La huelga de pilotos, dispuesta por la APLA hace ya 18 días, obligó a Aerolíneas Argentinas a suspender sus vuelos, internacionales, lo que ocasionó pérdidas de unos 500.000 dólares diarios.

Los vuelos nacionales fueron restablecidos hace cuatro días a través de un diagrama de emergencia y con la asistencia de pilotos militares de la fuerza aérea argentina.

El domingo pasado, un avión Fokker de Aerolíneas Argentinas, conducido por pilotos militares, estuvo a punto de caer al mar en el aeropuerto de la ciudad de Ushaia, 3.000 kilómetros al sur de Buenos Aires, al no poder controlar el frenado del aterrizaje. El accidente no causó víctimas, aunque el avión sufrió daños de consideración y quedó inutilizado.

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