Londres pide apoyo a la CE en su conflicto con Siria
El ministro británico de Asuntos Exteriores, Geoffrey Howe, que preside actualmente la Comunidad Europea (CE), pedirá apoyo al Consejo de Ministros de los doce que se celebra hoy, tras la reciente ruptura de relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y Siria, acusada de promover el terrorismo, pero es probable que la solidaridad de sus homólogos no se manifieste con gestos concretos. En el mejor de los casos puede esperar una mera declaración de simpatía, según opinan fuentes diplomáticas.
A diferencia de Estados Unidos y Canadá, que retiraron el viernes a sus embajadores en Damasco, parece difícil -aunque es lo que desaría el Reino Unido- que los doce tomen una iniciativa similar, porque aun siendo conscientes de que el régimen baazista, sirio puede alentar al terrorismo en Europa, algunos Estados miembros de la CE intentan más bien entablar un diálogo con Siria.Francia, por ejemplo, víctima en septiembre de una sangrienta oleada de atentados perpetrados por libaneses o armenios procedentes de una zona de Líbano controlada por el Ejército sirio, destacó a Damasco a su ministro de la Cooperación, Michel Aurillac, antes de enviar a responsables del contraespionaje. El empeño de París en seguir desempeñando un papel en el país de los cedros, lo que no puede hacer contra Siria, explica en parte su actitud conciliadora con el régimen de Hafez el Asad.
Cuando el mes pasado los atentados se producían en la capital francesa a un ritmo casi cotidiano, Londres hizo, sin embargo, dos favores a París poniendo a su disposición su unidad antiterrorista de elite SAS y tramitando la convocatoria de una reunión urgente del Grupo de Trevi, que reagrupa a los ministros del Interior de la CE, que París presentó como un éxito diplomático.
Las primeras declaraciones del jefe de la diplomacia francesa, Jean Bernard Raimond, inducen a sospechar que no está ahora dispuesto a devolverle el favor a su homólogo británico, pero aunque lo quisiese hacer es probable que otras capitales como Bonn, Roma y también Madrid harían todo lo posible por disociarse de un gesto que puede perjudicar sus intereses en Oriente Próximo.
La unanimidad será también difícil de lograr entre los doce a propósito de las modalidades de aplicación de dos de las cuatro sanciones adoptadas contra África del Sur en la última reunión de los jefes de la diplomacia europea, que 41 días después no han sido todavía puestas en práctica.
Desde el 27 de septiembre la CE ha interrumpido sus importaciones de hierro y acero surafricano, pero la suspensión de las compras de las monedas de oro, de la que han quedado excluidas aquellas acuñadas con la efigie de la reina Isabel, y la prohibición de las inversiones extranjeras no han entrado todavía en vigor. Algunos Estados miembros, como el Reino Unido y Francia, desean aplicarlas por su cuenta mientras Bélgica, la RFA y España preferirían hacerlo colectivamente.
Habrá consenso en cambio, entre los responsables de la diplomacia europea para otorgar a las exportaciones agrícolas de Cisjordania y Gaza, territorios ocupados por Israel, las mismas ventajas arancelarias que a los países terceros mediterráneos, incluido el Estado judío. Ideado por el comisario Claude Cheysson, este proyecto ha sido defendido por Francisco Fernández Ordóñez desde que recibió en septiembre en el consulado de España en Jerusalén Este a 13 dirigentes palestinos que le solicitaron su respaldo para lograr su aprobación.
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