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LA CRISIS DE LA DERECHA

Fraga comunicó ayer a los dirigentes de Alianza Popular su decisión irrevocable de dimitir

El presidente de Alianza Popular (AP) y de la Coalición Popular (CP), Manuel Fraga, comunicó ayer a los dirigentes del partido que hoy presentará la dimisión "irrevocable" de sus cargos ante la junta directiva nacional aliancista, si bien algunos de sus incondicionales seguidores todavía confiaban anoche en "convencer a Fraga de que se quede", al menos hasta encontrar "una solución". Con su dimisión, presenta da de manera sorpresiva y, aparentemente, no decidida hasta la noche del domingo, cuando conoció los resultados de las elecciones vascas, Fraga abre un nuevo período de incertidumbre en el proceso de reconstrucción de la alternativa política conservadora al socialismo.La dimisión de Fraga puso ayer fin a un proceso que se inició a finales del pasado mes de septiembre, cuando, por primera vez, el dirigente conservador se planteó la posibilidad de dimitir ante el "acoso" al que, según él, le sometían los poderes económicos. A comienzos de octubre, Fraga ofreció al comisario europeo Abel Matutes que le sustituyese a la cabeza de AP, a lo que éste respondió pidiendo un período de reflexión.

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Una larga agonía

De hecho, la llamada crisis de los banqueros constituye uno de los principales motivos de la dimisión de Fraga, que ayer confesó a uno de sus íntimos que las capas sociales que le apoyaban y a las que él creía representar ya no le respaldan.

Igualmente, en sus conversaciones con diversos dirigentes aliancistas, Fraga llegó a decir ayer, refiriéndose a los resultados de las elecciones vascas, que "quizá éste es el techo", y admitió: "Puede ser que yo me haya convertido en un tapón para el centro derecha".

El congreso extraordinario

A partir de octubre, la crisis interna en AP se agravó, mientras el partido no cesaba de variar en su táctica y en su estrategia -especialmente por lo que se refiere a la posibilidad de celebrar un congreso extraordinario antes de las elecciones de junio, a lo que Fraga primero pareció acceder, aunque finalmente se negó-. Sin embargo, las declaraciones más recientes de Fraga no permitían pensar en una decisión tan súbita de dimitir. En Bilbao, durante la jornada de cierre de la campaña electoral, el pasado viernes, aseguró que pocos se verían menos afectados que Coalición Popular por los resultados electorales.

Algunas personas especialmente cercanas, que tuvieron ocasión de hablar telefónicamente con él durante el recuento de los votos de las elecciones vascas, en la noche del domingo, admitieron que Manuel Fraga parecía hallarse "muy desanimado". El líder conservador rehusó comentar estos resultados con los medios informativos y todavía ayer debieron ser los responsables de la campaña, Carlos Robles Piquer -su cuñado- y Javier Carabias, quienes comparecieran ante los medios informativos. En la conferencia de prensa, celebrada por la tarde, Robles Piquer no pudo ya ni confirmar ni desmentir los rumores, que durante todo el día habían circulado por medios políticos y periodísticos, que hablaban de la dimisión del presidente de AP.

Manuel Fraga celebró ayer, como todos los días, la habitual reunión de maitines con sus más cercanos colaboradores. Allí, los presentes adivinaron que "algo grave" ocurría cuando Fraga afirmó, con rostro compungido, que estaba "satisfecho" de su labor en el País Vasco. "Ésa era una de mis últimas obligaciones políticas", añadió. Poco después comunicaba a los dirigentes de AP, por separado o por grupos la decisión que había adoptado y que ayer le reclamaban los artículos editoriales de algunos medios informativos.

La opción Herrero

Fuentes aliancistas señalaron anoche a este periódico que numerosos miembros de la ejecutiva aliancista, entre ellos algún secretario general adjunto, propondrán en la reunión de hoy de la Junta Directiva Nacional de AP -máximo órgano decisorio del partido entre congresos- el nombre del portavoz de Coalición Popular en el Congreso, Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, como sucesor de Fraga o como la persona que encabece una comisión gestora hasta que se celebre un congreso extraordinario. El nombre de Herrero despierta reticencias en algunos de los dirigentes aliancista más próximos a Fraga, como Carlos Robles Piquer.

De acuerdo con los estatuto de Alianza Popular, el sustituto de Fraga debe ser elegido por la junta directiva nacional entre los miembros de la comisión ejecutiva nacional, condición que no cumple Abel Matutes, pero sí Miguel Herrero.

Las reacciones ante la dimisión de Fraga fueron ayer variadas. Por la noche, un grupo de diputados incondicionales se congregó en las cercanías de la sede central aliancista, en la madrileña calle de Génova, para elaborar un plan tendente a "convencer a don Manuel para que se quede". El secretario general, Alberto Ruiz Gallardón, y los secretarios generales adjuntos, José María Aznar, Rodrigo Rato y Juan Ramón Calero, parecían partidarios de pedir a Fraga que continúe al frente del partido aunque sea otra la figura política que concurra como candidato a la presidencia del Gobierno en 1990. Otros, en fin, reclamaban la presencia de Fraga hasta la celebración de un congreso extraordinario "que traiga al partido a Matutes, a Marcelino Oreja o a quien sea". No faltaba quien se mostraba partidario ferviente de apoyar, en la reunión de hoy de la junta directiva nacional la formación de una gestora y el "agradecimiento a Fraga de los servicios prestados".

Sin embargo" todos los sectores de Alianza Popular coincidían en considerar que la dimisión de Manuel Fraga -de quien aún se desconocía si planteará retirarse por completo de la vida política o sólo gradualmente- abre serios interrogantes de futuro por lo que se refiere a la reconstrucción del espacio político de centro derecha.

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