El Español suma ya ocho positivos

Un golazo del danés Lauridsen resolvió el partido para el Español ante un Spórting que puso voluntad, pero poco acierto en los metros finales. El equipo de Clemente, ya con ocho positivos, se desplegó bien sobre el césped de El Molinón y dejó ver la mano de su entrenador y su espléndida temporada durante 12 minutos, pero, a raíz del tanto de Lauridsen, se encogió en exceso y permitió el dominio territorial del conjunto asturiano.El tanto de Laurielsen llegó pronto e impresionó de tal manera que los jugadores del Spórting perdieron el ritmo durante unos minutos. Después se sobrepusieron, pero, cuando el equipo parecía funcionar, un fallo estrepitoso de Villa impidió que empatasen el partido. Villa, a puerta vacía y a cuatro metros de la raya, no logró empujar un balón que casi entraba. El Spórting no resistió bien el golpe y entró en un nuevo sopor hasta el descanso.

El Español jugó en bloque, como un equipo bien armado, sobrio y con ideas claras. Quizá debió ser más incisivo cuando el rival perdió los papeles, pero ya se sabe que Clemente prefiere lo positivo a lo brillante y el equipo se replegó y aguantó atrás. Orejuela y Pineda, dos hombres combativos, sustituyeron a dos técnicos, Lauridsen y Pichi Alonso, para resistir mejor el acoso gijonés.

En el segundo tiempo, con Quini sobre el terreno, Novoa, quiso reforzar el poder ofensivo del equipo asturiano. Pero tanto Eloy y Villa como el propio Quini jugaron demasiado en línea, no se abrieron hacia las bandas y fueron presa fácil para la impecable defensa zonal españolista.

Aun así, Nkono pasó por apuros en el minuto 13, cuando, a la salida de un córner, un remate de cabeza de Ablanedo I fue a estrellarse en la escuadra. El rechazo lo remató Eloy y fue despejado apuradamente por la defensa; por último, Joaquín remató de cabeza un centro de Mesa, pero el meta camerunés lo envió a córner en una estirada perfecta. Antes, el propio Nkono había despejado con el pie un disparo cruzado de Eloy y después el mismo delantero rojiblanco no halló solución para rebasar al portero cuando se había adelantado a toda la defensa; quiso enviarle el balón por encima y lo mandó fuera.

El Spórting jugó a veces precipitadamente y, en general, el índice de errores en el pase y en la colocación de sus hombres fue mucho más alto de lo habitual, bien por la presión a la que le sometieron los españolistas, bien por el mal estado del terreno -que perjudica más al que más trata de controlar el balón-, bien por un excesivo nerviosismo, atribuible mitad a quedar bien ante las cámaras de televisión, mitad al temor a un Español que casi llegaba riendo. En cualquier caso, el equipo blanquiazul fue más práctico en el manejo del balón porque sus jugadores lo mandaron en pases largos para evitar los botes irregulares y no comprometerse absurdamente.