Hispanoárabe
La futura creación de una universidad hispanoárabe ha provocado en un lector de El Goloso (EL PAÍS, 22 de diciembre) una serie de reflexiones -digámoslo así en un alarde de generosidad- que si no vinieran a sumarse al general desconocimiento y confusión que en nuestro país se registra en relación a estos temas pasarían por un mero ejercicio de -pretendida- erudición terminológica.Con el pretexto de defender la ampliación de los colaboradores en esa universidad (él desea que se hable de musulmanes y no de árabes), llega a insultar a los segundos creyendo favorecer a los primeros.
Flaco favor, sin duda, hace el lector de El Goloso a sus defendidos con opiniones como ésas.
Parece ignorar que el islam es una doctrina que unificó religiosamente a muchos millones de personas pertenecientes a ámbitos culturales y lingüísticos diversos y que el componente árabe, si no el más importante numéricamente hablando, sí ha sido y es el más significativo y el que, en resumen, dio origen al nacimiento de la comunidad islámica.
Mahoma fue árabe, el Corán fue redactado en lengua árabe y en este idioma se escribieron muchas de las principales obras filosóficas y literarias de la cultura islámica medieval, aunque sus autores no fueron árabes de origen.
Los musulmanes -y esto no lo puede dejar de saber el lector- rezan en árabe, y cuando realizan el quinto pilar de la religión islámica (la peregrinación) se dirigen a las ciudades de Meca y Medina, que, como todo el mundo sabe, se encuentran en Arabia Saudí.
A lo peor resulta que simplemente se mete la pata cuando se intenta defender algo que no se conoce lo suficiente-
Arabista, profesora de Historia del Islam. UAM.
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