El Parlamento portugués inicia el debate de la moción contra el Gobierno

El Parlamento de Lisboa inició ayer el debate de dos días sobre la moción de censura presentada por el Partido Renovador Democrático (PRD) del ex presidente Antonio Ramalho Eanes contra el Gobierno socialdemócrata que preside Aníbal Cavaco Silva.Todos los partidos representados en el Parlamento portugués han fijado ya su posición, y está claro que el Gobierno que Cavaco Silva preside desde noviembre de 1985 caerá en la madrugada del sábado. Socialistas, renovadores y comunistas votarán la censura; los democristianos del CDS apoyarán al Gobierno, pero este respaldo, anunciado en vísperas del debate y que no altera el resultado del voto, tiene como único objetivo preparar el terreno a negociaciones futuras para reconstituir la Alianza Democrática.

El debate sobre la moción de censura se centra en la solución a dar a la crisis que todos consideran ya inevitable. El Partido Socialdemócrata y el Gobierno han hecho saber, desde el inicio, que la única solución posible es la convocatoria de elecciones generales anticipadas; toda la Prensa progubernamental y de derecha se esfuerza para convencer al Partido Socialista de las ventajas de los comicios. Para estos sectores, cualquier Gobierno salido de la actual mayoría de izquierda del Parlamento sería "ilegítimo, contrario a la voluntad popular y opuesto a los verdaderos intereses del Partido Socialista".

Árbitros de la situación, los socialistas han hecho saber que no tomarán ninguna iniciativa para resolver una crisis que no desearon ni provocaron y de la que responsabilizan en primer lugar al Gobierno.

Los autores de la moción, los eanistas, han propuesto al Partido Socialista, como principal partido de la oposición, encabezar el futuro Gobierno, con el apoyo y la eventual participación del PRD. Los comunistas han anunciado que apoyarán "cualquier Gobierno democrático" que acabe con la política de derecha seguida por Cavaco Silva, sin exigir la participación en el futuro Gabinete. Consideran que las elecciones anticipadas, en las actuales circunstancias, constituyen un "peligro inútil para el régimen democrático".