26 sacerdotes asturianos critican la beatificación de las víctimas de la guerra

La beatificación el pasado domingo de tres religiosas carmelitas descalzas de Guadalajara víctimas de la guerra civil es considerada "inoportuna" en un escrito que 26 sacerdotes asturianos han remitido a los medios de comunicación. El comunicado es un refrendo de un telegrama que ya habían enviado en 1983 al arzobispo de la diócesis, Gabino Díaz Merchán, que entonces se encontraba reunido en Roma en el sínodo de los obispos. En aquel telegrama, los sacerdotes ya pedían que Díaz Merchán manifestase en el sínodo su "rechazo por la reapertura de causas de beatificación de muertos en la guerra civil española, que es contrario al espíritu de reconciliación".

El grupo del que surgió el escrito está formado por 18 curas de Gijón. "Somos párrocos de iglesias de barrio, aunque también hay párrocos de iglesias del centro de la ciudad", aseguró ayer a EL PAIS José María Bardales, uno de los firmantes y que está encargado de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima -de la Calzada, en Gijón. Después se sumaron, otros ocho sacerdotes de la diócesis que leyeron el escrito y lo firmaron en Oviedo el miércoles por la tarde.Los curas asturianos señalan que su escrito es una reflexión común surgida a raíz de la beatificación celebrada el domingo en Roma, "con una sorprendente asistencia masiva de la jerarquía española". Y añaden: "Hemos intentado que nuestra reflexión tuviera un tono conciliador, dialogante, abierto y fraternal". "No pretendemos ofender a nadie", continúan, "no estamos en contra de nadie y manifestamos nuestro mayor respeto y profunda simpatía para las personas que han sido beatificadas y para todos los que cayeron en uno u otro bando de esa guerra afortunadamente distante para la mayor parte de los españoles y que fueron víctimas, unas y otras, del odio más absurdo o de la precipitación innoble de la revancha".

Más adelante dicen que "esta reflexión no quiere entrar en el fondo del problema, los intereses de grupo, las grandes cantidades económicas que hacen prosperar o en su defecto retrasar las causas de beatificación, la marginación de personas asesinadas por su solidaridad con los pobres, a las que el pueblo, en un rápido proceso de intuición profética, reconoce y considera como santos".

"Nosotros venimos reuniéndonos desde hace 18 años en la casa de ejercicios espirituales de El Bibio y el caso de las beatíficaciones, como queda claro en la nota que hemos remitido, ya se planteó en 1983 cuando se reinició el proceso", asegura José María Bardales. Junto con él han firmado también, entre otros, los párrocos de San José, Pumarin, Espíritu Santo y Roces, todos ellos de Gijón. Otros curas diocesanos de Mieres, Pravia y Oviedo se adhirieron posteriormente al escrito, pero "el origen es el grupo de curas que nos reunimos semanalmente en El Bibio".

Según otros sacerdotes consultados por este periódico, no hay una línea ideológica común y única entre los firmantes.