El Grupo de los 77 acusa a los países ricos de obstaculizar el desarrollo del Tercer Mundo
ENVIADO ESPECIAL, Los 127 países en vías de desarrollo integrados en el Grupo de los 77 han coincidido en que la deuda externa del Tercer Mundo es impagable en las circunstancias actuales y han advertido que la situación, originada por los países industrializados es "un obstáculo para los esfuerzos de desarrollo" de las naciones pobres y "una grave amenaza para la democracia, la estabilidad social, la paz y la seguridad internacional".
Un día después de lo previsto, y en un ambiente de discrepancias políticas, fue clausurada en la madrugada de ayer la conferencia del Grupo de los 77 que se ha celebrado durante toda la semana en La Habana. El grupo elaboró, no bstante, una posición común en la que se define en tono dramático la situación económica mundial para presentar a la reunión de la UNCTAD el próximo mes de julio en Ginebra.Asimismo se aprobaron resoluciones de apoyo a Nicaragua, Cuba, Libia y el pueblo palestino y de condena del régimen de apartheid de Suráfrica. En la sesión de clausura, el representante de Chile tuvo que soportar que decenas de delegaciones tomasen la palabra para pedir la liberación del dirigente socialista chileno Clodomiro Alineyda, que se encuentra actualmente recluido en la remota Patagonia.
En las conclusiones del Grupo de los 77 se pide a la UNCTAD que aborde inmediatamente una negociación sobre el problema de la deuda externa, que considera como "la mayor rémora del crecimiento" en la mayoría de los, países en desarrollo. "Es evidente" afirman, "que en las condiciones actuales la deuda (calculada en un billón de dólares) no se puede amortizar sin un desarrollo económico sostenido".
Otro enfoque a la deuda
Los participantes en la reunión de La Habana aseguran que la crisis no puede combatirse sin un profundo cambio de política por parte de los países desarrollados y añaden que el enfoque que éstos dan a los problemas de la deuda "continúa siendo unilateral, parcial y no equitativo". Critican que la política del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial "está destinada exclusivamente a proteger los intereses a corto plazo de los acreedores" y acusan a estas dos instituciones de someter a, grandes presiones a los países en vías de desarrollo "a fin de generar una transferencia de recursos al exterior", al mismo tiempo que les piden la aplicación de ajustes restrictivos.Según las conclusiones de La Habana, los países en desarrolle hicieron transferencias netas al exterior durante 1985 por valor de 31.000 millones de dólares, casi cuatro billones de pesetas, le que supone que "por primera vez desde la época colonial los países en desarrollo en su conjunto están volviendo a ser proveedores, netos de recursos a los países industrializados".
El Grupo de los 77 manifiestos que "los países en desarrollo no pueden compartir el optimismo influndado con que se valoran la tendencias económicas mundiales en ciertos sectores de los países desarrollados", y acusan a éstos de "violar escandalosamente los principios del mercado en el comercio internacional".
Los países subdesarrollado,piden una negociación en el marco de la UNCTAD "para corregir la actual asimetría del sistema monetario internacional y, en particular, para reducir los tipos reales de interés, elevar los precios de los productos básicos, aumentar la liquidez, mejorar el acceso a los mercados y asegurar la estabilidad de los tipos de cambio". Exigen a los países ricos mayor participación en las grandes decisiones económicas internacionales y advierten que "el mundo ya no puede seguir viviendo pasivamente cómo unos pocos deciden la suerte de todos".
"De no adoptarse los compromisos indispensables en estas esferas, los países en desarrollo enfrentarán una situación de gravedad extrema".
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