El soviético Emmian pasa a ser la primera alternativa al récord de Bob Beamon
El récord mítico del atletismo, los 8,90 metros del norteamericano Bob Beamon en salto de longitud, peligró de forma un tanto inesperada el viernes en la localidad soviética de Tsajkadzor, situada a 1.980 metros de altitud, en Armenia. Robert Emmian, oriundo de la cercana ciudad de Leninakan, confirmó su calidad ya contrastada como plusmarquista europeo, con 8,61 metros, y con un impresionante salto de 8,86 se colocó a cuatro centímetros únicamente de Beamon. En una sola jornada dejó claro que Carl Lewis, con demasiadas ocasiones perdidas, no es ya la mejor opción alternativa a Beamon.
Si existe alguna marca de la que cualquier profano en el deporte ha oído hablar alguna vez, ésa es la de Beamon. El 18 de octubre de 1968, en los Juegos Olímpicos de México, se produjo una de las hazañas más grandes de la historia del deporte. Tan inexplicable incluso que aún hoy se duda que haya sido posible. Se ha especulado tanto con el cúmulo de casualidades que se produjeron aquel día que al final puede quedar la sensación de que alguna se arregló para que el récord fuera de otra galaxia.La prueba de su entidad la ha dado su pervivencia casi 19 años después de aquella explosión en un primer y único salto del concurso final olímpico; con el viento a favor justamente en el límite permitido (dos metros por segundo de velocidad); altitud de 2.200 metros, con la consiguiente mejor penetración en el aire, con menos oxígeno, más ligero; temperatura y ambiente ideales, y hasta fuerza psicológica especial, por tratarse de los Juegos Olímpicos del black power, que los utilizó para expresar su protesta contra la marginación de los negros en Estados Unidos. Beamon, que antes y después siempre fue un atleta discreto, mejoró en 55 centímetros el récord mundial anterior, una distancia insólita.
Lo sorprendente ahora, cuando parecía que el único atleta predestinado a suceder a Beamon, aunque muchos años después, era Carl Lewis, es que éste ya no es la única opción altemativa. Emmian, mucho más ligero que el norteamericano (1,78 metros y 68 kilos, por 1,88 y 77 de Lewis o 1,90 y 82 de Beamon), ha demostrado más inteligencia, aparte de su calidad ya evidenciada como plusmarquista europeo.
Emmian, nativo de la República soviética de Armenia, cuya altitud media es de 2.000 metros, ha aprovechado la oportunidad a 1.980 metros y con un viento a favor reglamentario de 1,80 metros por segundo, por debajo, por tanto, del límite de dos. Además de los 8,86, saltó 8,65 y 8,53 en los dos intentos siguientes. Su base es la fantástica potencia de batida, gracias a su gran velocidad de carrera. Su estilo es muy simple, sin tijera de piernas.
Emmian estudia en el instituto politécnico de su ciudad, Leninakan, y aunque el deporte practicado en su familia era la halterofilia, se dedicó al atletismo, más apto a su físico. Empezó corriendo 400 y 800 metros, hasta que Viktor Saneiev, tres veces campeón olímpico en triple salto, descubrió su capacidad para la longitud. Su progresión ha sido: 7,70 (1980), 7,77 (1981), 7,88 (1982), 8,01 (1983), 8,13 (1984), 8,30 (1985), 8,61 (1986) y 8,86 (1987). El año pasado ganó 11 de los 12 concursos en que participó, incluido el Campeonato de Europa, en Stuttgart, con 8,41. Tras saltar el viernes los 8,86 declaró que este año estaba muy motivado por el retorno de Carl Lewis.
Las marcas de Lewis
Lewis, a finales de abril, logró una serie impresionante de seis saltos de 8,63 metros o más. Cuatro válidos, tres de 8,66 y otro de 8,64, que pasaron a completar en ese momento su lista de las 13 mejores marcas reglamentarias tras los 8,90 de Beamon: 8,79 (dos veces), 8,76, 8,71 (dos veces), 8,66 (tres veces), 8,65, 8,63, 8,62 (dos veces) y 8,61, ésta igualada en 1986 por Emmian Pero todas sus marcas han sido al nivel del mar. En su prepotencia ha ignorado la altitud.
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