Hemosos sueños
Recibí sus cartas de 8 y 10 de abril último: la primera, en Hamburgo, y la siguiente, en Barcelona. Lamento que falta de espacio o de oportunidad no le permitieran publicar mis cartas glosando su conferencia en el Instituto Español de Cultura de Roma, o la conferencia de Juan Marichal, en la universidad de Alcalá de Henares, en la que establecía inaceptables parangones entre la España soñada por Azaña y la actual.A medida que transcurre el tiempo me doy cuenta de que nada tenemos que hacer en la España actual los republicanos de buena fe y hermosos sueños. ¡Es una lástima! El inaugurador de la sección de Cartas al Director, el general liberal y masón Evaristo San Miguel, quiso con ello hacer que las minorias no escribientes ejercieran una especie de soberanía popular sobre la opinión pública. ¡Pobre soberanía!-
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