Johnson: "Mis 9.83 segundos habrían sido 9.75 de haber corrido los 100 metros en altitud"
Traje gris marengo, camisa en tonos amarillos, corbata negra de cuero, zapatos negros y calcetines blancos fue la vestimenta elegida por el canadiense Ben Johnson para su aparición en público un día después de haber pasado a la historia del deporte. El calor y la humedad creaban un ambiente de agobio. Pero Johnson no sudaba. Venía de ver al presidente italiano, Francesco, Cossiga. Sonreía, como de compromiso, y respondía a las preguntas. "Puedo correr aún más rápido. Si Roma hubiera tenido mayor altitud, mis 9.83 segundos en los 100 metros serían ahora 9.75". Johnson aún no ha dado por finalizada su actuación en los Mundiales. Tendrá que correr el domingo la final del relevo de los 4 X 100. Su sola presencia en la pista volverá a remover los cimientos de una prueba que, como la de los 100, parecía hasta ahora de exclusivo dominio de Estados Unidos.
Ahora que Johnson ha sido capaz de establecer un récord inimaginable, la pregunta es inevitable: ¿Hasta dónde puede llegar? El estadounidense Bob Beamon estableció la plusmarca de longitud (8,90 metros) en los Juegos Olímpicos de México 68 en unas condiciones favorables extremas: altitud de 2.000 metros y viento a favor de dos metros pos segundo. Pero Johnson hizo el suyo a nivel del mar y con un vi ento a favor de 0,95 metros por segundo. Aún le queda mucho margen. La respuesta la dio el propio Johnson: "El próximo año podré correr más rápido".Una carrera de 100 metros puede diseccionarse en varias fases para saber dónde puede estar el límite. Por lo pronto, hay una en la que el atleta pierde tiempo por completo, que es al ponerse en acción desde que oye el disparo: de la salida. Johnson tarda 12 centésimas de segundo. El domingo, con seguridad, arañó algo. Se sabrá cuando se verifiquen los estudios que ya han comenzado a realizarse por ordenador de la prueba. Luego, hay otra, en la que se incluye ese tiempo muerto, de 1.30 segundos, que son los que emplea el atleta en ponerse auténticamente a correr al coger la verticalidad. Jhonson también tuvo que robar centésimas en este aspecto porque él ya estaba en pie cuando los demás aún ascendían. Viene a continuación aquélla en la que el atleta busca su máxima velocidad. "La alcancé a los 45 metros", dijo Johnson. Lo normal es que se prolongue hasta los 60 para entrar entonces en la última, en la que el atleta pierde rapidez al estar limitado su esfuerzo a un tiempo máximo de siete segundos de altísima intensidad. De los 60 a los 100 metros, lo lógico, teóricamente, es perder cuatro centésimas en el promedio de ritmo. Johnson, en cambio, perdió tan sólo dos.
Johnson ya dio un serio aviso de lo que podía hacer en los 100 cuando, a principios de año, estableció el récord mundial de los 60, en pista cubierta, en 6.41. De mantener esa velocidad, tendría que hacer en los 100 unos 9.81, algo impensable por ese postulado teórico que fija los límites humanos por la respuesta del organismo al esfuerzo. Johnson ya está a punto de traspasar el umbral de la ciencia. Si lo consigue, habrá que pensar en nuevas fórmulas y recurrir a la marca que sería capaz de lograr si corriera los 100 lanzado, es decir, sin partir de la velocidad cero de la salida, y que es, según sus 9.83, de 8.53, lo que representa una media de 42,1 kilómetros por hora. Entre estos dos márgenes ha de estar el próximo record que pueda obtener.
Johnson cree que lo va a conseguir. Lo ha anunciado. Y él ha demostrado que no dice bravatas. Por lo que dijo su gran rival, el estadounidense Carl Lewis, sí: "Lewis ha estado tratando de intimidarme. Incluso, con su forma de correr las eliminatorias. Pero yo supe mantener la calma". La batalla emprendida por Lewis no acabó con su derrota. Ahora ha manifestado: "Johnson realizó una gran carrera. Así se lo hice saber cuando le di la mano. Pero creo que no es invencible".
Johnson reconoció que tuvo una salida inmejorable: "Sí, es difícil hacerlo mejor. Creo que en mi próximo ataque al récord no podré rebajar mi tiempo en los primeros 50 metros de la carrera. Tuve un comienzo explosivo porque sabía que Lewis apretaría a partir de los 60 y traté de sacarle la máxima ventaja. Me salió una gran carrera. Creo que en los próximos 50 años no habrá nadie, que pueda mejorarlo".
Mennea: "Es de otro planeta"
El compromiso inmediato de Johnson será en Bruselas el día 9. Correrá los 200. "No por evitar a Lewis", dijo, "sino porque es una distancia que también quiero hacer el afío que viene. Los controles que he realizado este verano han sido muy positivos".De Johnson ha dicho el italiano Pietro Mennea, plusmarquista mundial de los 200: "Johnson es de otro planeta. Su capacidad de aceleración no la he visto jamás en otro atleta".
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