Una alternativa como en su casa
Pudieron los toreros sentirse como en su casa, aunque el anfiteatro romano estuviera lleno de público. Allí cabían todos, incluso la benevolencia, la tolerancia, la nostalgia, el pretérito recuerdo a los viejos maestros. Todas las circunstancias tenían acoplo en esta plaza de Nimes que hizo en definitiva suya esta alternativa millonaria. Todos a una se propusieron pasar una tarde agradable, sin que las cotas estrictas de la tauromaquia se tambalearan, al menos en exceso. De muchos toros de Jandilla se escogieron seis. El público, que estaba por la vena emotiva, aplaudió y se divirtió. Mejor debió pasarlo el presidente que alegre y contento regalaba orejas, sin ton ni son.Litri padre ofreció los trastos a su hijo y Paco Camino hizo lo propio con el suyo. Un manso sin fuerza fue para Litri hijo. Porfió con valentía y aguantó el corto recorrido de la res a la que extrajo ceñidos derechazos y consintió en naturales. Sobrado de ganas cumplió, y ahogando la embestida de su segundo, acabó con manoletinas espectaculares.
Jandilla / Litri (padre), P
Camino, Litri (hijo), R. CaminoToros de Jandilla, terciados y mansos; 5º y 6º, nobles. Litri (padre): oreja y dos vueltas. Paco Camino: oreja y dos vueltas. Litri (hijo): oreja; oreja. Rafi Camino: palmas; vuelta. Los dos últimos tomaron la alternativa. Los cuatro salieron a hombros. Arenas de Nimes, 26 de septiembre.
Lo mejor de la tarde lo hizo Rafi Camino al que cerraba plaza. Arqueando la pierna en bellos pases de castigo se fue a los medios y allí construyó con derechazos una faena con empaque y ligazón. Embarcaba Rafi la embestida noble del toro adelantando el engaño y bellamente lo transportaba con impecable remate y justa la muleta a continuación para el cite siguiente. En naturales no supo acoplarse y sólo dos pases tuvieron factura. Falló con la espada y ahí quedó todo en simple promesa.
A Litri padre le brotó el entusiasmo, el oficio, la ilusión y no se sabe cuántas cosas más, y a sus 57 años encandiló a toda una plaza que puso boca abajo. El viejo Litri fue a tablas a pegarle al toro tres estatuarios y el de pecho. El guirigai era pleno y se adivinaba algo más que hubiese venido de no rajarse el toro. Litri insistía, citaba, aguantaba y a pesar de todo inventó algún derechazo adornado al final con pases por alto mirando al tendido.
Paco Camino sin acoplarse de capa ante su toro, terciado y manso, dedicó por contra en un quite dos chicuelinas de cartel. Fue corta su faena y con enganches y roces al torear al natural; salvó su actuación al ejecutar con vistosidad tres derechazos con sabor torero.
Babelia
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