"Quieren cerrarme la boca", dice el joyero que denunció a la 'mafia policial'
El joyero santanderino Federico Venero Herrero manifestó ayer al término de su comparecencia ante el juez Luis Lerga en relación con el sumario por el atraco al Banesto, ocurrido el 31 de enero de 1985 en Madrid: "Lo que quieren es meterme en la cárcel y así cerrarme la boca".El testigo reconoció que actuó como perista o receptador de objetos robados, pero que siempre lo hizo bajo la indicación de los policías integrantes de la denominada mafia policial. Al ser preguntado sobre la procedencia de 36 rubíes, cuatro de los cuales estaban engarzados en una gargantilla que fabricó él mismo por encargo del inspector Caro Fontanilla, Venero mantuvo que le fueron facilitadas por un policía.
Rosa Ibáñez, una mujer empleada en el club Montparnasse de Madrid, declaró ante el juez que, poco después de producirse el atraco al Banesto, mantuvo relaciones sexuales con el joyero Venero en el hotel Rex, y que Venero quiso pagarle con algunas joyas que le dijo procedían del espectacular asalto.
El abogado Rodríguez Menéndez pidió el procesamiento e ingreso en prisión del ex confidente, al que acusa de haber comerciado con objetos robados. Los defensores de los autores materiales del golpe opinaron que "todo huele a montaje".
El joyero negó que él y sus policías de escolta hubieran visitado a Antonia la Cordobesa, regente de varios bares de alterne de Santander, para "convencerla" de que no declarase que él le había pagado con joyas procedentes del Banesto.
El antiguo confidente de la policía confia en salir absuelto en los dos sumarios que están abiertos contra él en Laredo y en Santander, pero, según dijo, teme por su familia cada vez que tiene que viajar a Madrid.
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