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Ortega pide ante la OEA "mayor beligerancia" para exigir de Washington el respeto al plan de paz

Francisco G. Basterra

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, pidió ayer en Washington a la comunidad internacional una "mayor beligerancia" para que Estados Unidos respete el plan de paz de Esquipulas 2 y cese su apoyo a la contra. Ortega, en su primer viaje como presidente a la capital norteamericana desde el triunfo sandinista en 1979, prometió ante la Organización de Estados Americanos (OEA) que Nicaragua tiene la "firme voluntad de cumplir los acuerdos de paz en su totalidad" lo mismo que el resto de los Gobiernos centroamericanos que firmaron el 7 de agosto los acuerdos de paz regional en Guatemala.

"Mientras los centroamericanos estamos trabajando seriamente por la paz, Estados Unidos está empeñado en no respaldar este proceso", afirmó Ortega, quien opinó que Latinoamérica vive el momento más importante de su historia desde su independencia de España. "Es el reconocimiento de que cuando la soberanía de un país está amenazada todos corren peligro".El dirigente nicaragüense desafió a Ronald Reagan en un duro discurso contra la política de EE UU pronunciado a 500 metros de la Casa Blanca, en el que a Firmó que el presidente norteamericano, "el verdugo del pueblo nicaragüense, no puede ser juez del cumplimiento del plan Arias". Ortega denunció que Estados Unidos viola el derecho internacional al armar a la contra, en un discurso que no recogió los últimos gestos de la Administración norteamericana: la aceptación de un diálogo con Manigua en un marco regional, y la postergación de la solicitud de ayuda para los rebeldes.

Ortega, que habló ante la Asamblea General de la OEA, con la ciudad de Washington paralizada por una gran nevada, pidió de nuevo a Ronald Reagan un diálogo directo, de Gobierno a Gobierno, para alcanzar un acuerdo "firme y verificable" que permita normalizar la relación entre: los dos países.

Washington rechaza ese diálogo, al que Ortega ha sugerido que se sumen también los líderes de la contra, y ha ofrecido dialogar con Managua en el marco de una negociación regional en la que participen también el resto de Ios países centroamericanos. El secretario de Estado, George Shultz, prometió el miércoles que la Administración de Reagan "dará tiempo al proceso de paz" y no solicitará hasta enero nueva ayuda para los contras. [Es una "decisión inteligente, dijo ayer Ellio Abrams, principal responsable de la política centroamericana, de EE UU, advirtiendo que los rebeldes tienen todavía recursos rara "seguir luchando por algún tiempo", informa Efe.]

El presidente nicaragüense afirmó que su país "no es enemigo de Estados Unidos; es este país el que desde el siglo pasado nos ha hecho la guerra, y Nicaragua no es una amenaza para la seguridad de Norteamérica".

El diálogo que pide Ortega sería para discutir y zanjar los temas de seguridad entre ambas naciones. "Hay que llegar a un acuerdo porque la amenaza del uso de tropas norteamericanas sigue pesando sobre el pueblo nicaragüense y, si continúa, sólo llevará a más dolor y a más muertes para la juventud americana". El presidente de Nicaragua denunció ante todos los representantes de Latinoamérica que desde la firma de los acuerdos de Esquipulas 2, el pasado 7 de agosto, Estados Unidos ha realizado 140 vuelos de abastecimiento militar "para las fuerzas mercenarias, incluidos cohetes tierra-aire que amenazana el tráfico aéreo internacional". Los líderes de lo que Ortega llamó "cúpula de la contrarrevolución", Adolfo Calero y Alfonso Robelo, acudieron a la sede de la OEA, en un acto de desafío, a escuchar al presidente nicaragüense. Llegaron tarde para ser observados y se situaron en un lugar bien visible, a unos 30 metros de su principal enemigo. Calero calificó el discurso de Ortega de "cínico", y agregó que se "amparó en legalismos para tratar de justificar la violación de derechos humanos en Nicaragua".

Negociación con la 'contra'

Daniel Ortega, que no será recibido ni en la Casa Blanca ni por George Shultz, durante su estancia en Estados Unidos, ha afirmado en declaraciones a The New York Times que está dispuesto a negociar directamente con Reagan y con la presencia de los líderes rebeldes. Fuentes gubernamentales rechazaron ayer esta posibilidad que, en su opinión, rebajaría el papel de los dirigentes de la contra que han sido legitimados como interlocutores políticos al acceder Managua a dialogar indirectamente con ellos.[El líder cubano Fidel Castro está dispuesto a retirar todos sus asesores militares de Nicaragua si se lo pide el Gobierno sandinista, según afirmó ayer en La Habana el ministro de Asuntos Exteriores sueco, Sven Andersson, informa, Reuter.]

El presidente nicaragüense utilizó gran parte de su discurso para denunciar el incumplimiento por EE UU de la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya (TIJ) que le pide que ponga fin a la guerra contra Nicaragua y que admite el derecho de ese país a elegir libremente su sistema político y sus alianzas.

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