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LA DEFENSA EUROPEA

Nuevos vientos en el Viejo Continente

Europa occidental se replantea su defensa

Andrés Ortega

Las nuevas ideas españolas sobre la contribución a la dimensión europea de la defensa se enmarcan en las reflexiones que corren por el Viejo Continente. Éstas han surgido por diversos motivos. En 1983 llegó el discurso del que se convirtió en gran pacifista al declarar "inmorales" y "obsoletas" las armas nucleares: Ronald Reagan. Luego, Mijail Gorbachov le tomó la palabra. Y allá fueron ambos países hacia un primer desarme nuclear, llegando incluso a hablar de abolir todas las armas atómicas, en lo que luego Reagan dio marcha atrás.

Además, se suman los problemas económicos de EE UU, que seguramente empujaran a Washington a empujar a los europeos a pagar una mayor parte de su propia defensa. Y claro está, la duda, ahora mayor, sobre la garantía del paraguas nuclear norteamericano sobre Europa.Por todo ello, los europeos occidentales han comenzado a pensar. Y a hacer, aunque por el momento sólo se trate de pasos a tientas. La Unión Europea Occidental (UEO) ha sido revitalizada, aunque aún no se sabe bien lo que ello significa. Pero en octubre pasado aprobó una nueva plataforma conjunta de principios, entre los que figura un total apoyo a la disuasión nuclear.

Otro paso esencial ha sido la creación de una brigada mixta franco-alemana y de un Consejo de Defensa y Seguridad entre ambos países. La brigada, cuyo Estado Mayor comenzará a funcionar en breve, estará compuesta por 4.200 hombres de ambos países, sacados, por parte de la RFA, de unidades no asignadas a la OTAN, y por parte francesa, de tropas no previstas hasta ahora para participar en operaciones junto a las fuerzas aliadas, por lo que, según fuentes militares francesas, vendrán del sur de Francia. La parte francesa de esta brigada no contará con armas nucleares. Se espera, según estas fuentes, que la brigada sea operativa en un plazo de unos dos años.

Cabe recordar, asimismo, las constantes referencias en Francia, por parte de la derecha o de la izquierda, a la necesidad de ampliar la disuasión nuclear francesa para que cubra también a la RFA.

El crecimiento del eje franco-alemán en materia de defensa no responde sólo a las preocupaciones arriba indicadas, sino también al intento francés de, por una parte, aferrar más la RFA -cuyo Drang nach Osten (impulso hacia el Este) es constante- a Europa Occidental, y también para acercar más a Francia a la OTAN, sin que por ello se replantee una reintegración en la estructura militar de la Alianza.

El intento de crear una auténtica dimensión europea dentro de la OTAN, o por medio de acuerdos bilaterales, choca, sin embargo, con grandes dificultades. El Reino Unido de Margaret Tahtcher quiere mantener su relación especial con Estados Unidos. Italia está contenta con una importante presencia militar norteamericana y sólo a regañadientes firmó la carta de la UEO. No obstante, incluso Londres y París han comenzado un acercamiento en el terreno nuclear, para hablar de coordinar ya sea las patrullas de sus submarinos o los objetivos de sus blancos nucleares. Algo se mueve.

Aunque, claro está, habría que empezar por una apreciación común de la amenaza soviética. Y los numerosos funcionarios y militares franceses que han visitado España estos días consideran que la visión española (y la de la RFA) de la amenaza no coincide con la suya, más, dicen, realista.

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