_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El galeón

Es como si hubiésemos sacado un galeón de las profundidades. Es como si hubiéramos reflotado el Titanic de la Fundación Jiménez Díaz. La otra noche he cenado con este equipo erguido y legendario de los médicos de la Concepción, y en las palabras que me ha dicho Rábago había esperanza, confianza, paciencia.53 aniversario del Instituto de Investigaciones Médicas, masacrado por la guerra y rehecho por don Carlos en un garaje o cosa así. 33 aniversario de la Clínica de Nuestra Señora de la Concepción/Fundación Jiménez Díaz, con ambicioso monumento que nos lo recuerda y anticipa (autor, Juan de Ávalos) en la plaza de Cristo Rey. Avenida de los Reyes Católicos, 2, ese sitio donde uno ha domiciliado sus males tantos años, donde uno ha residenciado sus vidas y sus muertes, y las de los suyos. Titanic que peligró un día en las procelas de la Administración, y que la otra noche, como digo, reflotamos con más esperanza que confianza. Dirección médica de Rábago Pardo, sobrino de don Carlos. Tiene uno escrito que don Carlos le curó a uno, en los indecisos y porveniristas 60, casi por imposición de manos. Cada vez que don Carlos entraba en mi habitación de la clínica era como si entrase Cristo a resucitar a Lázaro. Sesiones anatomoclínicas, reuniones que se eslabonan unas con otras, respuesta científica e incesante de la Fundación al decisionismo administrativo.

Galeón de sabios donde se asiste y se investiga. Galeón sumergido, o casi, un tiempo, por las procelas políticas. Que la Fundación tiene una deuda. Sabemos que el Gobierno condona, perdona o se cobra deudas según el buen criterio del bien común. Nada justificaba el desarraigo de este árbol, que es el árbol de la ciencia.

Carreño, los Rábago, Pereyro, Lucas, Leoz, Pacios, etcétera, en la noche de la autoafirmación (y con qué finura lo han llevado), más las sombras de los ausentes, mi entrañable Gómez Orbaneja, primera víctima de la agresión exterior, Linares, Sanabria, Rayo, Abad, Fayos, tantos, sombras blancas de mi pasado de enfermo profesional (todas enfermedades infantiles, que se curan con la edad).

Uno sabe de la medicina que se hacía y que se hace en la Fundación porque uno vive y muere de ella, porque uno la lleva dentro, porque eso no se improvisa, porque a uno le vivió y le murió allí lo que más quería, lo único que quería. Modesta elegancia de estos científicos pidiendo lo que es suyo. Viejo galeón otra vez a flote. Tengo que ir mañana a quejarme de la tos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_