El Museo del Septenato
El mayor orgullo de Château-Chinon, y de toda la comarca del Morvan, de la que es capital, es el Museo del Septenato, que recoge los regalos recibidos por Mitterrand como jefe de Estado. Está instalado en un convento del siglo XVIII, restaurado, y cinco funcionarios, pagados por el departamento de la Nièvre, cuidan de los 800 objetos expuestos.Más que museo parece un bazar. Junto a joyas y objetos arqueológicos indiscutibles hay pruebas del mal gusto de muchos jefes de Estado, a pesar de que los materiales expuestos son sólo los dos tercios de los regalos pertenecientes al museo. No se expone ni uno solo de los presentes recibidos por Mitterrand de las autoridades españolas. Están la llave de la Villa de Madrid y las fotos dedicadas de los Reyes y de Felipe González. Pero ni un solo regalo. O se los ha quedado para su uso personal o están olvidados en el desván, con otros objetos que no merecen la exposición permanente. En cambio, en lugar no muy destacado está el pedazo de madera malamente esculpida regalado por el Consell de les Valls d'Andorra al copríncipe francés, rebautizado como Francesc Mitterrand. O el retrato hecho con alas de mariposa, regalo de la República Centroafricana.
Los morvandeses no están poco orgullosos de los tigres y leones disecados, las joyas orientales, las tallas africanas o los marfiles que Mitterrand ha recibido y ha regalado luego a su pueblo. El presidente francés recibe un promedio de un regalo cada dos días. En los siete años de Mitterrand se han recibido unos 1.200 regalos, de los que el presidente ha escogido una veintena -"los más modestos", según explica un guía- para su disfrute personal.
En el libro donde los visitantes pueden escribir sus impresiones se puede leer una concisa consideración: "Formidable lección de modestia". Otro, más inocente, ha escrito: "¡Qué suerte tiene usted!". La mayoría de los visitantes, unos 75.000 por año, encuentra la exposición maravillosa. El guía responde lacónico a una insinuación del visitante: "Éste es el Museo del Septenato. Para que sea el Museo de los Dos Septenatos hace falta que se presente y que siga donando los regalos a Château-Chinon".
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