Niños y cine de terror
Estos días me siento especialmente sensibilizado por un problema: la proyección de trailers de terror en las sesiones de cine infantil. Asunto que salió a la palestra a raíz de un artículo publicado el pasado 27 de febrero en este periódico, en el que un padre denunciaba ante los organismos catalanes pertinentes el mencionado hecho y exponía las afecciones psíquicas sufridas por sus hijos debido a la terrorífica experiencia vivida.Objetivamente, creo que no hay intelecto humano que resista impasible un trailer de terror, precisamente porque está diseñado para que eso no ocurra, y por tanto, extrae de la película que promociona las imágenes más recalcitrantes, basadas principalmente en el troceado de cuerpos con su posterior exhibición. A esto se le añade una convulsionadora banda sonora y ya tenemos condimentado el trailer.
Pero ¿cómo se le puede hacer esto a unos críos que se arrellanan indefensos en sus butacas para ver una película infantil? No hay palabras justificadoras. Sin embargo, ¿saben qué contestó Antoni Kirchner, jefe del Servicio de Cinematografía de la Generalitat? Pues que es "imposible pensar" en una normativa que evite que un espectador se sienta "impactado". Kirclíner muestra en sus declaraciones una insensibilídad exasperante, en contradicción además con las exigencias del cargo que ocupa.
Para él, la misma clase de impacto es el producido por unas conviciones morales no acordes con la película o trailer que el impacto psíquico derivado de las artimañas sensoriales de una película o trailer de terror.
Así están las cosas. Espero que esta carta ayude a que los responsables reconsideren la normativa. Entre tanto, siempre podemos adoptar la solución drástica de no ir al cine.-
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