Cuatro horas de mal sonido

"Señoras y señores, bienvenidos a las fiestas de San Isidro Dentro de pocos minutos comenzará el espectáculo". La absurda y melodiosa voz en off -copiada de la megafonía del Talgo- no advertía de la duración del viaje (más de cuatro horas) ni de las condiciones sonoras en que se desarrollaría, aunque esto último habría sido innecesario. El pabellón del Real Madrid, que acogerá al pop-rock nacional durante las fiestas, suena igual que el Palacio de Deportes, o sea, fatal No es muy agradable.Paga el Ultimo salió en primer lugar. Durante 50 minutos complació a sus ruidosos incondicionales con un repertorio que mezcla sonidos de los sesenta y de los ochenta, y que rinde pleitesía a Lone Star con la canción Mi calle, que abrió y cerré su tiempo.

Cómplices era la curiosidad de la jornada al ser la primera vez que tocaba en Madrid. Teo Cardalda (ex Golpes Bajos) ha formado una banda con un gran potencial. Excelente la sección de ritmo, formada por Tino di Geraldo y Billy Villegas, sobre la que Teo, ya sea con el piano o con la guitarra, demuestra que es un gran músico, además de sorprender en su nueva faceta de cantante, en la que siempre estuvo acompañado de su cómplice María Monsonís, ligeramente embarazada. Tal vez se añore la presencia continua de una guitarra, pero en cualquier caso, su versión en directo de Serás mi cómplice, Manzanas o Sonrisa plateada (¿su mejor canción?) es realmente estimulante. Para el público y para ellos.

Cerró la noche La Unión, que demostró estar en mejor forma que en su reciente concierto en Jácara, mostrándose mucho más suelto en escena, y tocando con mayor potencia su conocido repertorio, donde Lobo hombre en París, sigue siendo el tema estrella. El pabellón seguía sonando fatal.