Líderes europeos coinciden en que la solidaridad con el Sur es una necesidad urgente para el Norte
La solidaridad de los países ricos del Norte con el Sur del mundo representa una urgente necesidad para la supervivencia del planeta, según coincidieron ayer líderes políticos y parlamentarios en la inauguración de la Conferencia Europea sobre la Interdependencia y la Solidaridad Norte-Sur. El rey Juan Carlos, presidente de honor de la campaña desarrollada con este objetivo por el Consejo de Europa, recordó que somos "pobladores de un solo mundo" y que las amenazas que acechan a los países más pobres afectan "a todos los individuos y pueblos, sea cual sea su situación presente".
Medio millar de participantes -ministros, parlamentarios europeos, funcionarios internacionales, diplomáticos y representantes de Organizaciones no Gubernamentales (ONG) de países de Europa y del Tercer Mundo- se reunieron ayer en el Palacio de Congresos de Madrid bajo la presidencia del Rey. Los asistentes debatirán hoy y mañana los resultados de la campaña lanzada en enero pasado por el Consejo de Europa y elaborarán una Declaración de Madrid, que pretende ser la base de una nueva política en el diálogo Norte-Sur. La premisa fundamental, resumida por el rey Juan Carlos y repetida por todos los oradores, es que la solidaridad con el Tercer Mundo trasciende el terreno de la moral y la ética y se convierte cada vez más en una necesidad racional para la supervivencia del planeta.Los participantes estimaron que, en un contexto de clara distensión entre las dos superpotencias, se abren posibilidades de volcar más atención y recursos al desarrollo de los dos tercios de la humanidad que viven en condiciones de pobreza.
"No podemos cambiar el futuro del Sur sin modificar la política del Norte", aseguró el francés Tristán Mercier, representante de las ONG en el comité europeo organizador de la campaña.
Idriss Jazairy, presidente del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, afirmó que "mientras culpamos a otros de lo que sucede en Suráfrica, cada uno debe asumir su responsabilidad para impedir lo que podría llegar a desarrollarse como un apartheid a nivel mundial". El presidente del Congreso de los Diputados español, Félix Pons, enfatizó que "los problemas del desarrollo son globales y las soluciones tienen que ser globales", y recordó que "no puede haber solidaridad sin sacrificios de los que tienen más". El presidente de la Asamblea Parlamentaria, Louis Young, destacó por su parte que "el futuro de Europa no puede desligarse de la responsabilidad del desarrollo" en los países más pobres, y afirmó que la conferencia de Madrid es "el inicio de una nueva comprensión de los problemas del diálogo Norte-Sur".
El ministro español de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, a su vez, subrayó la necesidad de seguir luchando en los centros del poder mundial por la "construcción de un nuevo orden internacional" que facilite el desarrollo de los países del Sur mediante la liberalización del comercio, la concertación de los precios de las materias primas y la solución del problema de la deuda externa.
El rey Juan Carlos, que ha comprometido su pleno respaldo a la iniciativa, resaltó que los recursos con que cuenta el mundo "resultan ya suficientes para erradicar el hambre y la iniseria", y que las "distorsiones" que impiden el pleno desarrollo de todas las naciones "son, en esencia, irreconciliables con la inteligencia natural del hombre". Por ello, dijo, "esta justificación racional de la solidaridad (...) desborda el terreno de la moral y se asienta y arraiga en los dominios de la conciencia racional".
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