Joan Garriga intenta neutralizar con arrojo la mayor potencia de las Honda
Jorge Martínez Aspar (Derbi, 125cc), el suizo Jacques Cornu (Honda, 250cc) y el francés Christian Sarron (Yamaha, 500cc) partirán hoy en primera posición en las parrillas de salida del Gran Premio de Bélgica, que se disputa en el rápido y espectacular circuito de Spa-Francorchamps, donde los pilotos alcanzan velocidades superiores a los 275 kilómetros por hora. El cronometraje realizado en una de las largas rectas del trazado ha demostrado, como todo el mundo esperaba, que los pilotos de Honda (Pons, Cardús, Mang. ..) intentaban sin razón presionar a Joan Garriga (Yamaha) asegurando que su máquina corría más que las diversas Honda oficiales. El piloto de Yamaha intentará hoy contrarrestar con arrojo la mayor potencia (ocho kilómetros más) de las Honda.
"Me he dado cuenta de que la Yamaha de Garriga corre muchísimo", dijo hace dos grandes premios Alfonso Sito Pons. "Me ha pasado a tal velocidad que me ha arrancado las pegatinas de mi moto", explicó Carlos Cardús en Holanda. Garriga, líder del Mundial de 250cc, negaba una y otra vez que su moto corriera más que la Honda. Lo negaba, no sólo porque sabía que no era cierto, sino porque estaba convencido de que se trataba simplemente de una táctica preparada: querían presionarle, convertirle en favorito indiscutible del Mundial y tratar de provocar su error.El cronómetro, rey de la alta competición, demostró ayer, con una autoridad impresionante, que hay 18 motos más rápidas que la de Garriga, cuya velocidad punta fue de 220,12 kilómetros por hora. Cornu (Honda, 228,88), Shimizu (Honda, 227,56), Pons (Honda, 227,39) y Mang (Honda, 225,96) consiguieron las máximas velocidades en el final de recta. Con todos ellos y con Roth (Honda, 225,44) y Sarron (224,07), se tendrá que enfrentar hoy Garriga, que intentará salir lo mejor parado posible de un circuito que no le favorece lo más mínimo. El piloto de Yamaha iniciará la carrera con nueve puntos más que Sito, segundo de la general. Garriga y Pons partirán desde la primera línea, al haberse logrado el 32 y 52 tiempo, respectivamente, en los entrenamientos de ayer.
La prueba de 250cc se ha convertido con diferencia en la gran atracción de cada gran premio. Todos coinciden en señalar que las verdaderas batallas se viven en dos y medio. La última, por citar sólo la más reciente, se vivió en Assen, donde Pons y Sarron acabaron por los suelos. La categoría reina de 500cc lo es sólo para unos cuantos, ya que en ella no existe problema alguno para clasificarse. En 250cc, sin embargo, la lucha es a muerte incluso en los entrenamientos, donde ayer quedó eliminado, por tercera vez consecutiva, Alberto Puig, del equipo de Ángel Nieto. Sólo un ejemplo: entre el primero y el décimoquinto de 250cc hay una diferencia de cuatro segundos; entre el primero y el décimoquinto de 500cc existen ocho segundos.
Jorge Martínez Aspar (Derbi) empieza a comportarse ya con la inteligencia del que sabe que debe dosificar sus fuerzas y ahorrar para futuros compromisos. En la última tanda de entrenamientos de ayer, cuando comprobó que su tiempo de la mañana era insuperable y que un insistente chirimiri podía provocar una caída absurda, decidió detenerse en boxes para asistir como mero espectador. "Saldré a ganar desde el primer momento, aunque me gustaría que Alex [Crivillé], que ha hecho un excelente entrenamiento, pudiera meterse por delante de Gianola y restarle puntos", comentó Aspar.
Crivillé, que por vez primera se subía a la 125cc pese a que Andreu Rabasa, propietario de la fábrica Derbi, no era demasiado partidario de tal decisión, consiguió un brillante cuarto puesto y hoy trabajará en ayuda de Aspar, que en esta categoría no cuenta con tanta ventaja como en 80cc, donde ya puede considerársele campeón del mundo.
El mayor de los Sarron volvió a, lograr la pole-position en 500cc, la tercera de la temporada, y anoche debió rezar para que hoy llueva, hecho bastante probable porque ayer la lluvia hizo acto de presencia intermitentemente.
Si hay agua, Christian Sarron podría aprovechar el miedo del australiano Wayne Gardner (Honda) sobre mojado y la táctica conservadora del norteamericano Eddie Lawson (Yamaha), líder destacado, que ya empieza a correr con la calculadora en la mano.
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