Hernández Mancha: "No se puede dialogar con ETA; hay que aplastarla"

Antonio Hernández Mancha, presidente de Alianza Popular, mostró ayer su oposición tajante a las manifestaciones del ministro del Interior, José Luis Corcuera, en torno a la posibilidad de reanudar el diálogo con ETA si esta banda terrorista libera a Emiliano Revilla. "Con ETA no se puede negociar, lo que hay que hacer es aplastarla", aseveró. El líder conservador hizo también abundantes referencias al peligro de que el centro-derecha se fragmente en "particularismos", en lugar de fortalecer "un gran partido nacional".

Según Hernández Mancha, no hay contradicción' entre su postura, contraria a toda negociación con ETA, y el pacto antiterrorista de las fuerzas parlamentarias, que considera "vigente y operativo". En virtud de dicho acuerdo se han producido contactos fluidos entre la dirección de AP y el anterior ministro del Interior, José Barrionuevo, que Hernández Mancha confía en reanudar con el nuevo responsable de Interior. El presidente de AP se manifestó también en contra de nuevas normas legales para defender la democracia o la seguridad del Estado. "Se trata simplemente de aplicar la Constitución que tenemos, y no hace falta ninguna otra ley", dijo. Defendió la existencia de fondos reservados a disposición del Ejecutivo para la lucha contra la delincuencia y aseguró: "En este asunto no estoy dispuesto a meter las uñas en los ojos del Gobierno".

Todas estas manifestaciones cerraron una conferencia-coloquio dedicada al Estado de las autonomías, en la que Hernández Mancha acusó al Gobierno de obstruir las conversaciones para un "pacto nacional" sobre el desarrollo autonómico, que permita racionalizar el reparto de competencias entre la Administración central y las comunidades.

"Si yo fuera Felipe"

"Si yo fuera Felipe González", continuó, "en el próximo mes de septiembre convocaría a las principales fuerzas de ámbito nacional y a las comunidades autónomas, para iniciar en octubre una reflexión ordenada sobre los muchos problemas pendientes. De lo contrario, cada comunidad irá por su cuenta, llenaremos de conflictos al Tribunal, Constitucional y todos perderemos el tiempo".Hernández Mancha gastó gran parte de su intervención en advertencias contra las tentaciones disgregadoras del centro-derecha. "No debemos repetir una experiencia similar a la de la CEDA", dijo, en referencia a la Confederación Española de Derechas Autónomas, que ocupó el espacio de la derecha en las Cortes republicanas y, en algunos períodos, el gobierno de la nación.

"Una presencia muy numerosa de partidos regionales en las Cortes llevaría a una simple yuxtaposición de intereses particulares", explicó el presidente de AP, quien insistió también en la conveniencia de fortalecer "la idea de lo español" en Europa.

"Es posible que agrupaciones de ciudadanos presenten sus candidatos a las elecciones en defensa de sus ideas particulares, y lleguen a sentar a sus representantes en las Cámaras de elección popular", continuó. "El mismo esquema es aplicable a los partidos regionalistas. Pero no es deseable que llegue a ser normal la integración del Parlamento nacional por representantes sólo de partidos de ámbito regional, pues en tal caso caminaríamos hacia unas Cámaras no aptas para expresar los intereses nacionales".

Como el PSOE

El presidente de AP agregó que los actuales partidos regionalistas no se diferencian del suyo en nada sustancial. Y mirando al interior de Alianza Popular, aseguró que el ámbito electoral del centro-derecha necesita "un gran partido de carácter nacional, como ya ocurre en la izquierda, donde el PSOE ha absorbido a numerosos partidos socialistas y marxistas hasta convertirse en una fuerza nacional con implantación en todo el Estado".El presidente de AP se reunió después con Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. Este encuentro es el segundo que se produce entre ambos después de la tormentosa reunión de la junta directiva nacional de AP, en que se establecieron las normas para la convocatoria del congreso del partido. Ni uno ni otro dijeron una palabra sobre la entrevista de ayer: Miguel Herrero comparó su discreción con la de un sepulcro.