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UNA DICTADURA EN LA ENCRUCIJADA

La casta militar espera confiada el 'sí' a Pinochet

Declaraciones de oficiales en vísperas del plebiscito

El Ejército de Tierra chileno constituye la base sobre la que reposa el poder del dictador Augusto Pinochet. En Chile, los oficiales de las fuerzas armadas forman una especie de casta por su aislamiento de la sociedad civil. Resulta difícil acceder a los militares chilenos, sobre todo a los del Ejército, auténtico pilar del régimen. El enviado de EL PAÍS consiguió mantener algunas conversaciones informales con militares que sirven para esbozar la ideología que los anima.

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Para acceder a oficiales del Ejército en su ambiente familiar sólo quedó el recurso de llamar en Santiago a varias puertas de un bloque de viviendas donde residen aquéllos.Las viviendas de dos mayores (comandantes) del Ejército son dignas y sobrias, pisos de clase media, sin el menor asomo de lujo. "El sueldo es normal. Alcanza para la actividad básica, sin lujos, para vivir bien, pero la mujer trabaja. Nuestro sueldo es mucho más bajo que el de un civil con una formación similar". En las dos familias trabajan las esposas, porque el sueldo de comandante no permite alegrías. Una de las esposas tiene una liebre (furgoneta) para realizar transporte de niños a la escuela. La otra mujer de comandante aumenta los ingresos familiares con la venta de ropa.

Una de las mujeres lleva una pegatina del sí en la solapa, pero ninguna de las dos ha participado activamente en la campaña, ni asistió a mítines o reuniones políticas. Un coronel comentó al enviado de este periódico que "por eso yo creo que ganará el sí. Yo tengo cinco hermanos y todos van a votar sí, pero ninguno de ellos fue nunca a una manifestación. Los del no se movilizan más". El mayor dice que "habría que ir a las manifestaciones, pero somos flojos. Los del no son violentistas, más valientes y más osados. Los del son gente cómoda, que no se quiere hacer mala sangre, son gente más cómoda".

El mayor tiene 33 años, dos hijos; estudia, al mismo tiempo que trabaja en el Ejército, Ciencias Políticas en una universidad civil. Cuando se produjo el golpe, en 1973, el mayor estaba en un colegio militar. Recuerda con horror los días del Gobierno de la Unidad Popular. "Era terrible. Para comprar las necesidades básicas tenías que tener una tarjeta de la JAP (Junta de Abastecimiento Popular) y el que no la tenía estaba liquidado. El que no se alineaba con los comunistas no tenía derecho a alimentos. Había plata (dinero), porque esa gente le daba a la máquina, pero no había productos para comprar. Se traía todo de afuera, porque la gente no trabajaba. Era un caos y la violencia era terrible. No había respeto. Se insultaba a las autoridades".

La esposa de otro mayor tiene 27 años y tres hijos. Procede de una ciudad a unos 400 kilómetros al sur de Santiago. De los días del Gobierno de Salvador Allende no tiene buen recuerdo. "Yo era lola (chica joven) y estaba en el colegio, pero con la UP (Unidad Popular) se vivía fatal. Mis papás tenían fundos (fincas) y la gente los tomaba y se los expropiaron. Era un desorden terrible. Este Gobierno ha hecho un montón de cosas por el pobre y son unos mal agradecidos. Al chileno le gusta que se lo den todo. A la clase media le gusta trabajar, pero a la baja, no. Yo me saco la mugre (me dejo la piel), me levanto supertemprano para llevar a los niños en la liebre y los padres me pagan. Con un sueldo no basta para darse gustos". Su marido, un joven mayor, gana 90.000 pesos (unas 45.000 pesetas) mensuales netos, después de descontarle el alquiler de la casa.

El caballero Pinochet

La joven explica que "yo no soy pinochetista, ni nada, pero me hubiera gustado ver si otro Gobierno hubiera hecho lo que hizo éste. Yo me acuerdo de chica que le ofrecían plata a la gente para que fuera a votar. No me gustaría volver al 73, y, si sigue este Gobierno, Chile pasaría a ser un país desarrollado. Mire a Perú y Argentina. No están muy bien. Aquí el que trabaja y se saca la mugre surge".

Considera la esposa de oficial que "Pinochet es una persona que ha dado su vida por el país. Este caballero se da al país por entero". Sobre la propaganda del no en televisión dice que "no pone nada concreto, puras cosas ficticias". No piensa la joven que Chile sea una dictadura, "porque una dictadura es diferente. Cuba es una dictadura. Allí a la gente le dan un par de zapatos al año y ya está".

El mayor de 33 años no se altera ante la pregunta de qué le pareció la denuncia que hizo la hija del general Carlos Prats en televisión, cuando acusó al régimen del asesinato de su padre, el 30 de setiembre de 1974 en Buenos Aires.

Opina el mayor que "cuando a uno le ocurre algo, por algo será. A nadie le dan un palo sise comporta bien. A nadie le pasa nada por rezar en una iglesia. Al que hace una barricada, claro que le pasa algo". De Prats dice que "algo habrá hecho. Si yo no hago algo malo, no me ocurre nada malo". Sobre los casos de los tres militantes comunistas degollados en abril de 1986, la respuesta del mayores similar: "Tendría que conocer los motivos y los elementos de juicio para saber por qué lo hicieron".

Asegura el mayor que no le preocupa el triunfo del no. "Aquí las Fuerzas Armadas nunca mienten, dan la cara. El problema sería si no se respeta lo que está en la Constitución". No cree que se produzca un autogolpe de Pinochet, porque "si mi general dice que la Constitución no vale, eso no puede ocurrir. Nosotros somos los que respaldamos y juramos la Constitución y eso hay que cumplirlo, pase lo que pase. Pinochet será el primero en respetar la Constitución".

Al mayor personalmente le gustaría que "Pinochet siga al frente del Ejército y del país, pero creo que debe dejar la comandancia y dedicarse a ser jefe del Estado. Supongo que el nuevo Gobierno es diferente al que hubo del 73 hasta ahora".

No piensa el mayor que un triunfo del no signifique un problema para los militares. "El pueblo no nos va a rechazar, aunque gane el no. En Argentina hubo un repudio, porque ellos se robaron el país. Nosotros somos muy patriotas, estamos muy unidos y las Fuerzas Armadas están unidas. Hay cohesión, una doctrina muy férrea. El sí o el no es al sistema y no a las Fuerzas Armadas. No está en debate el Ejército sino el sistema de Gobierno".

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