Disidencia
La disidencia no tiene precio. Todavía. Los disidentes de CROS-ERT, accionistas que no aceptan la fusión y prefieren vender sus títulos, conocerán el justiprecio y su forma de pago en las juntas generales. Los optimistas estiman un precio promedio que contemple los porcentajes anteriores al desplome. Se habla del 500% en CROS. La ley habla de la cotización media del último año. El inversor novísimo, fauna de franja caliente, víctima del diente de sierra, compra hoy a 425% para apuntarse luego al carro de la disidencia al 500%. Aunque el hipotético beneficio queda menguado por los tres años que dispone la sociedad para liquidar al desertor. En casos como el de Macosa, que segrega sus inmuebles para fusionar activos con Maquinista y Ateinsa, la disidencia es menos golosa.
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