Siderúrgica
Las dos últimas emisiones de bonos convertibles, Papelera y Acerinox, registran un éxito de escándalo. La siderúrgica ha tenido peticiones de 13.000 millones de pesetas frente a una oferta de 6.000, lo que significará un prorrateo de más del 50%. A la vista de que el mercado absorbe sobre demanda únicamente por la vía de los convertibles, las ampliaciones con prima pueden considerarse difuntas. El dato es algo más que siniomático. Basta que una sociedad, con ratios elevados de rentabilidad por dividendo, anuncie una emisión convertible para que el público tome a manos llenas. En la otra cara de la moneda están las ampliaciones de capital que se saldan ahora con espectaculares hemorragias de papel cuya intensidad depende los ratios mencionados.
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