El 'ertzaina' Epalza dio un número falso para 'pinchar' la línea de Garaikoetxea

El ertzaina (policía autonómico) Martín Epalza procesado por la escucha ilegal del teléfono de Carlos Garaikoetxea en agosto de 1986, ha declarado que boicoteó la operación porque estaba en desacuerdo con las órdenes superiores. Epalza dio a propósito un número falso al jefe de la red de comunicaciones del Gobierno vasco cuando éste manipulaba el teléfono del ex Lehendakari. La Audiencia de San Sebastián, que instruye el sumario, ha confirmado que citará a declarar al ex consejero de Interior Luis María Retolaza.

La confesión de Epalza, según informaron ayer fuentes jurídicas vinculadas a la investigación, aclara un enigma planteado desde el momento mismo del descubrimiento de la escucha ilegal por personal de Telefónica, el 20 de agosto del año citado. Los técnicos comprobaron, en efecto, que la caja del número 83 18 65, correspondiente al teléfono del apartamento de Zarautz donde Garaikoetxea reside en verano, estaba conectada a la del número 33 17 63, del que es titular Luis Olascoaga, un albañil de la localidad vecina de Orio.La investigación posterior no reveló relación alguna de Olascoaga con el intento de escucha, que técnicamente resultaba imposible, además, al sonar ambos teléfonos de forma simultánea a cada llamada e interferirse recíprocamente. Epalza ha revelado, como ya apuntaba la investigación judicial, que el proyecto era conectar el teléfono de Garaikoetxea a otro número distinto, el 83 17 62. El propio ertzaina fue encargado de intercalar entre este último teléfono y su conexión a la red una grabadora, que se activaría automáticamente a cada llamada y registraría la conversación sin provocar interferencias perceptibles desde el aparato espiado.

El agente de la policía vasca ha ratificado al juez haber recibido la orden para intervenir el teléfono de Garaikoetxea el 18 de agosto, un día antes de que se efectuara el pinchazo, de labios de Genaro García Andoáin, delegado general de Interior para asuntos policiales, muerto en enfrentamiento con ETA el 2 de noviembre siguiente. La entrevista se celebró en el despacho oficial de éste.

Epalza se mostró en desacuerdo con la operación, según afirma. Por este motivo, García Andoáin llamó por teléfono al sargento mayor de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea, responsable directo del grupo de operaciones encubiertas de la policía vasca, conocido como Ekintza y oficialmente denominado AVCS (adjuntos a la viceconsejería de Seguridad).

Goikoetxea estaba ya al tanto de lo que se proyectaba, según se pudo deducir de la conversación, ha manifestado Epalza. Los dos mandos le insistieron en que no debía preocuparse, le indicaron la dirección de un piso alquilado por un tal Zumalde y le dieron las llaves para que instalara la grabadora. El ertzaina acabó acatando la orden, según ha explicado ahora, por miedo a represalias, en el convencimiento de que si se negaba lo haría otro y con la decisión de boicotear la escucha ilegal desde dentro.

Primero pensó instalar mal la grabadora, pero el 19 de agosto por la tarde, mientras el jefe de la red oficial de comunicaciones del Gobierno vasco, Xabier Aguirre, se ocupaba de efectuar el puente entre los dos cajetines telefónicos, le preguntó el número del piso de Zumalde, que Epalza llevaba apuntado en un papel. El ertzaina decidió sustituir el número por otro escogido al azar y facilitó a Aguirre el inmediatamente inferior al que llevaba anotado. A continuación se dirigió al piso de Zumalde, sabiendo ya que la escucha no podía funcionar.

Estaba aprendiendo

Xabier Aguirre, procesado en esta causa, ha negado hasta ahora cualquier participación en los hechos, y asegura que se encontraba el día de autos en la central de Zarautz con objeto de adquirir conocimientos técnicos y ayudar a los ertzainas en dos escuchas legales. El sargento Goikoetxea también ha negado su implicación en un reciente careo con Epalza.

Aguirre será citado de nuevo a declarar, al igual que Juan Miguel Campoy, también procesado, aunque este último, experto de la Ertzaintza en escuchas, ignoraba el plan ilegal, según Epalza.