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La federación anula el acuerdo de la Liga de suspender a Gil por tres meses

EL PAÍS, La Federación Española de Fútbol declaró ayer "nulo y sin efecto" el acuerdo del comité ejecutivo de la Liga Profesional de Clubes, del 25 de noviembre, por el que suspendió a Jesús Gil, el presidente del Atlético de Madrid, en sus derechos de asociado durante tres meses "por su reiteración grosera de insultos y descalificaciones a miembros de la misma y a la propia institución en sus continuas manifestaciones públicas".

La federación ha estimado el recurso de Gil al considerar que el acuerdo de la Liga se adoptó sin la previa y necesaria audiencia del interesado, con lo que el recurrente se encuentra en clara indefensión. La federación estima que, si la Liga sanciona a Gil, le debe abrir expediente y resolver el mismo. El secretario de la Liga, Jesús Samper, adujo que las declaraciones de Gil, recogidas en 10 folios, les relevaba "de la necesidad de incoar ese expediente ante su tan evidente actuación antisocial", pero que ahora sí se le va a incoar.

La auditoría del Atlético

La Liga, por otro lado, requirió ayer al Atlético la presentación por escrito, en un plazo de 15 días, del desglose de la mayoría de las partidas de su auditoría de la temporada 1987-1988. La Liga centra su máximo interés en las de la deuda del club con su presidente al ceder al equipo a jugadores comprados con su dinero y en el movimiento de las cuentas bancarias abiertas a nombre del club y de Gil.

Samper, tras plantear sus dudas al auditor, Félix Martín, y a los asesores jurídico y fiscal del club, José Luis Sierra y José Antonio Rodríguez, aseguró: "No dispongo de argumentos capaces para pronunciarme sobre la auditoría, que no se ha realizado según las directrices del plan de saneamiento".

La Liga solicita que el club documente su deuda con su presidente: la contratación, esa temporada, de Futre, Goikoetxea, Juan Carlos y Eusebio, con dinero prestado por Gil y cuyos derechos federativos pertenecen al club. Sierra dijo que bastará aportar el acuerdo al que llegaron Gil y el CSD en julio de 1987. Gil reconoció entonces el préstamo de un dinero al club, sin intereses, para la compra de esos jugadores, uno de ellos, Eusebio, traspasado luego al Barcelona. En ese documento se establece además que Gil recuperará el dinero prestado cuando esos jugadores sean traspasados o cedidos. En este caso, el destino preferente de los ingresos obtenidos sería reducir el déficit presupuestario del Atlético. Si éste se llegase a cancelar, los ingresos sobrantes, de producirse, revertirían al presidente hasta cubrir su préstamo. Si entonces aún sobrara dinero, iría al club.

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