Los escritores de la URSS debaten sobre ecología y nacionalismo
La denuncia de desastres ecológicos y cuestiones nacionalistas y lingüísticas ocupó buena parte de la I Jornada del Pleno de la Unión de Escritores de la URSS que se inició ayer, a puerta cerrada, en Moscú, en un ambiente de enfrentamiento entre distintos grupos de profesionales de la pluma soviéticos.
El pleno, que dura tres días, elegirá a los candidatos a las elecciones para el Congreso de Diputados Populares del 26 de marzo y también decidirá sobre la elección de un director para la editorial Sovietskie Pisatelie (Escritores Soviéticos), que depende de la Unión de Escritores y que ha sido convertida en un caballo de batalla entre conservadores y reformistas.
En vísperas del pleno, el primer secretario de la Unión de Escritores, Vladimir Karpov, ha negado las graves acusaciones personales formuladas en un informe sobre él. Karpov es miembro del Comité Central y candidato comunista a las elecciones del Congreso de Diputados. Las acusaciones contra él, independientemente de su veracidad, son sólo una pequeña parte de los conflictos (de concepciones políticas, personales y materiales) que se desarrollan en los círculos literarios soviéticos, opinan medios moderados.
Posible escisión
La Unión de Escritores se ve amenazada por la escisión, según el parecer de estos sectores moderados. Un representante de Moldavia pidió ayer la convocatoria de un congreso extraordinario de la Unión de Escritores, y un representante de Estonia propuso sustituir el ministerio de los profesionales de la literatura por una federación de uniones de escritores con estructura independiente entre sí, según informaron testigos presenciales. En opinión del representante estoniano, dos años de perestroika no se han reflejado en las actividades de la Unión de Escritores.Valentín Rasputín, el escritor siberiano conocido por su preocupación ecológica, pidió la organización de un referéndum estatal para decidir sobre la utilización de la energía atómica. Rasputín dijo que el desvío de los ríos siberianos continúa en la práctica pese a que el proyecto fue congelado por el Politburó en 1986, ya que el Ministerio de Regadío se ve obligado a utilizar de algún modo la enorme suma de dinero recibida con este fin. En Angarsk, más de 1.000 personas sufrieron una intoxicación debido a los residuos de una fábrica de albúminas, denunció Rasputín.
Vasili Yakovenko, de Bielorrusia, acusó a la dirección comunista de la república de organizar una campaña contra la intelectualidad local, incluidos los escritores Vasil Bykov y Ales Adamovich. El escritor dijo que las autoridades habían tratado de esconder las consecuencias de la catástrofe de Chernobil. En este sentido, y en contra de la censura, se pronunció el escritor ucraniano Yuri Shcherbak.
Un escritor de Kazakistán pidió que el kazajo sea declarado lengua oficial en su república.
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