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Un sádico mata a una mujer a golpes tras inferirle numerosos cortes

María Consolación Torralba Suinaga, de 39 años de edad, soltera, fue hallada muerta en su casa del quinto piso de la finca número 5 de la calle de San Bernardo, muy cerca de la Gran Vía madrileña. La víctima, que estaba tendida boca abajo, presentaba un fuerte golpe en la cabeza y diversos cortes en los órganos genitales y en la región anal, según fuentes policiales.El portero del inmueble se extrañó de que María Consolación Torralba, que actualmente no trabajaba, llevase desaparecida desde el pasado viernes. Alarmado por este hecho, el empleado de la finca avisó a la presidenta poco después de las once de la mañana de ayer. El conserje no necesitó usar su duplicado de llaves del piso, ya que la puerta estaba sólo entornada.

El empleado y la presidenta de la comunidad de vecinos entraron en la casa y descubrieron a María Consolación caída de bruces en el salón, en medio de un charco de sangre. La mujer había sido asesinada de varios golpes, posiblemente asestados con un hacha, que le destrozaron la cabeza.

Los inspectores del Grupo de Homicidios de la Brigada Judicial vieron también que la víctima tenía bajadas las medias y que presentaba diversos cortes en el pubis, en la vagina y en la región perianal. La autopsia prevista para hoy, miércoles, deberá determinar si la mujer sufrió abusos sexuales.

Chelo, como era conocida por su familia, residía sola en la vivienda de la calle de San Bernardo y apenas mantenía relaciones con nadie. El único lugar que frecuentaba era el bar El Porche, situado frente a su portal, donde fue vista por última vez con vida. "A las seis de la tarde del pasado viernes", dice un camarero, "compró un bocadillo y se lo subió para el piso, como hacía otras veces".

Torralba había trabajado hasta hace años como secretaria en una inmobiliaria, que quebró. La falta de empleo y un desengaño amoroso la empujaron a la bebiba y en dos ocasiones tuvo que ser ingresada en el sanatorio del Doctor Esquerdo. "Ahora estaba muy bien", dice una tía suya, "porque llevaba más de un año sin beber".

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